sábado, 24 de marzo de 2012

Un aniversario del triunfo de la vida sobre la muerte.




Qué bien, que todos los mensajes y aportaciones acerca de la efeméride de la muerte de Romero, se han referido al mensaje de amor y entrega que durante su camino por estas tierras marcó su presencia.

Unas cuantas canciones que lo recuerdan, muchas fotos y mensajes de sus homilías, casi todo lo leído muestras de respeto y admiración.

Al final en todo drama trascendental son tan importantes los caifaces, los Nicodemos, los Poncio Pilatos y sobre todo los legionarios que ejecutan esas acciones tan repugnantes, como el mensaje eterno de la vida y entrega por los demás que cobra prominencia en la historia de Romero.

Así que como toda experiencia humana es una red compleja de emociones, voluntades, inteligencias y sentimientos, Romero, tiene la cualidad que es un evento contemporáneo, vivo ejemplo de los últimos tiempos con un sistema humano explotador, caduco, vil, empecinado en perpetuarse y que no tiene fronteras para hacer desaparecer físicamente a aquellos seres humanos que lo denuncian y lo más bello que ofrecen su vida para que la verdad y esperanza que finalmente calará en la consciencia del colectivo.

Mas allá del estudio concienzudo de sus escritos, su diario, sus homilías y todo el reto que dejo para la posteridad, cosas que les dejo a los eruditos y teólogos, así como a las nuevas generaciones de estudiosos, desde mi humilde perspectiva, y tomando en cuenta que fue un ser de mi tiempo, aun tengo vivo el recuerdo cuando me proporcionó la ostia en las afueras de catedral durante la misa dominical en la semana mayor de 1977. En ese tiempo recién acompañado con mi esposa, y mi hijo mayor aun en su vientre, un par de jóvenes imberbes.

Exhorto a mis queridos que la motivación debe enfocarse a la praxis dentro de la polis, en la política, en la participación cotidiana de cada uno como miembro de una familia, de una comunidad de una sociedad que dista mucho de perfecta, en donde jugamos roles de amigo, padre, esposo, jefe , subalterno, compañero, etc.

La fecha debe provocar una reflexión y meditación en el sentido de interiorizar y preguntarnos, que realmente estamos haciendo para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir, cuanto de nuestras cualidades y aptitudes afectan y resuenan en nuestra conducta y actitudes para amar a nuestros semejantes.




No debemos de dejar de pensar que solo tenemos este tiempo, el hoy, y también que si no lo hacemos nosotros, quien lo hará?, sino lo hacemos hoy, cuando?, sino lo hacemos aquí, adonde?, solo nos tenemos a nosotros y por eventos extraños yo los tengo a ustedes y en esta interacción me condiciono y trato de remover mis calcificados egoísmos a partir del compromiso que adquiero cuando les leo y les escribo. Amén.