viernes, 24 de octubre de 2014

Cartagena,una amistad inconclusa



PASATIEMPO

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía

luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra

ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros

ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra
Mario Benedetti


Corria 1965, cerca del Parque Centenario, sobre la quinta calle oriente, está ubicada, todavía, la Escuela Francisco A. Gamboa, en esa época se distinguían, número 1 turno de la mañana y no. 2 por la tarde. Yo estudiaba en la no. 1, quinto grado y me quedaba a dos cuadras y media. (200 mts)

Los días eran tranquilos y este hecho fue un preámbulo de las lecciones de la escuela de la vida, encontrarme de primas a primera con el “bajo” mundo. 

Era Cartagena, un joven moreno, delgado, alto para la norma salvadoreña, y tendría es esa época 15 años, los cual lo presentaba mayor para los alumnos de quinto que andarían por los 11, yo apenas cumplía los 10.  Este muchacho era un poco lento para el estudio, faltaba con frecuencia, se sabía que vivía por la zona de la 22 calle o calle Castillo, y llamaba la atención porque la mayoría de esos lados estudiaban en la Esc. Chile, además era zona peligrosa  y abundaban los salones y burdeles, tanto que muchos cipotes que estudiaban por allí eran “Hijos de puta”, en el sentido estricto, lo que no demeritaba que eran niños y muchachos llenos de vida y con deseos de estudiar. 

La Chile además de grande, tenía fama, fama de violencia y la Gamboa de una escuelita marginal, pequeñita, pero con un cuerpo de maestros muy dedicados, dirigidos por la dulce Doña Ángelita Viuda de Meyer y bajo la férrea disciplina de la señorita Teresita. 

El ser alumno aplicado o ser mimado por las señoritas maestras, trae consecuencias negativas, pues se gana el recelo o celos de los compañeros y más de alguna envidia. (Además de las consecuencias en la autoestima deformada que tenés que andar cargando por el resto de tu vida).  En fin ser el que declama la poesía del día de la madre,  la oración a la bandera, cuando toca el turno al grado y presentar al grado en la escuela te hace foco o foquito del resto de los compañeros, los cuales te admiran, te joden, te respetan o te chingan.

El caso que a veces llevaba el libro de Gramática Española, el cual había aparecido en el cuarto, quizás desde antes que naciera, no recuerdo ni para qué, quizás para apantallar, o para hacer bulto, pues en aquella época se estudiaba con un solo texto y la matemática de Don Aurelio  Baldor que te sacaba entonces y aun ahora canas verdes, ( puta, eso de la regla de tres compuesta, etc. ) en fin  y sin darme cuenta un día el libro se me perdió, el asunto era que en el cuarto de mesón donde vivía iba a faltar el libro y mi mamá posiblemente me castigaría al no dar explicación de la pérdida, provocando un severo lío para mí. 

Desde esa época pintaba a ser un despistado de primera, pues no sabía si lo había dejado olvidado, si lo perdí en la escuela o si me lo habían robado. 

 Un mediodía ya para salir de la escuela, se me acercó Cartagena y me preguntó ;- Hey Milton, vos has perdido un libro, vea?.  Respondí: - Sí,  él: - A pues, mira unos cipotes de la tarde lo tienen, pero quieren que les paguen dos pesos,  (dos colones en ese tiempo, si me daban 5 centavos diarios, era lo de 40 días), es decir una fortuna.   
Al principio me alegré, pues no estaba perdido el libro, después me afligí, pues como conseguían las bolas con el reducido presupuesto que manejaba.

Como pude gavetiando, prestando  y recogiendo por allí conseguí un colón, pues cada día Cartagena me preguntaba con insistencia si había conseguido el pisto, con la advertencia que no le dijera a nadie, porque si no se perdía el libro. 
Así que le dije que solo tenía un peso, a lo que él, quizás cansado de preguntar (la verdad es que era parte del trinquete), aceptó el peso y me devolvió el día siguiente el libro, quedando que le iba a estar abonando hasta completar el monto, pues me dijo que los “de la tarde”, estaban encachimbados y que por él habían accedido a devolver el libro.

Tanto fue el agradecimiento y los buenos oficios de Cartagena, nos hicimos amigos, y de allí se convirtió en mi más fiel defensor cuando de golpes se trataba, mejoró en los estudios pues compartimos deberes y hasta nos acercamos físicamente en el salón, pues él adelanto unas filas de pupitre para estar cerca de mi puesto en la primera fila  (claro, lo hizo al modo más típico: amenazando al otro cipote). 

En fin, recuerdo haberle conseguido una peseta más (0.25 de colón) y allí “murió la flor”, no recuerdo con exactitud si terminó el año, creo que no, pues cada vez fueron más frecuentes sus ausencias…..

Allá por los 70’s, vagando donde las putas, cerca del Cine Avenida. Yo, Andaba con el chino Gilberto y otros cheros, deambulando viendo la mercadería, me pareció ver a Cartagena, con otros dos jóvenes, con toda la pinta de ladrones salteadores, es decir, lerfis. Nos encontramos, cruzamos miradas, al principio retadoras, después de respeto mutuo y cada quien siguió su camino. 

El libro aun lo conservo, y viene a cuenta pues, encontramos personas, que nos marcan y dan pautas, para nuevas y estimulantes situaciones, algunas non gratas, pero todas forman parte de ese mosaico de emociones que es la vida, concluyendo que nada pasa por casualidad, en el tiempo está la sabiduría, no obstante algunos nunca aprendemos y seguimos tropezando con la misma piedra, queriendo y confiando que el mundo y las personas, lo cuales, según mi entender,  merecen una gota de confianza a pesar de lo mal que la vida los trata.
 

martes, 7 de octubre de 2014

El duelo



Un extraño presentimiento se apoderó cuando en una jornada inusual, estaba llegando a casa algo temprano, el tráfico estaba bastante fluido y casi todos los semáforos que en otras ocasiones encontraba en rojo, ahora estaba sincronizados en verde, tanto que la llegada a la casa fue en tiempo corto. Al llegar a la casa como todas o casi todas la noches: la misma rutina, cambiarse, bañarse, preparar un café y luego a la cama, ver los noticieros, hasta que Morfeo me adueña.

Todo normal, de repente sentí una brisa extraña, encendí la luz y busqué entre las penumbras algún objeto, ser o enigma y nada.

Apague la luz de nuevo y la misma cosa... después un zumbido extraño...lo que temía el encuentro más extraño, esperado por semanas, tratando de ocultar mis miedos, pero era ahora, la hora del desenlace. La hora y el momento que tenía que resolver esa duda existencial que me acongojaba y me alteraba mi casi sempiterno carácter dulzón y calmado.

Encendí la luz sorpresivamente, y cabalmente vi unas figuras geométricas, el primer amargón de la lucha, y yo parado estupefacto, me asusté momentáneamente pero después me armé de valor y pude comprobar que el destino me había llamado, había sido escogido en el mar de almas, a enfrentarme con chik, conocido por su nombre de pila, literalmente de pila, “Aedes agripty”, el zancudo más feroz y malévolo que parió la tierra, producto de interminables mutaciones genéticas, él, el mismo demonio con alas, cuyas maldades solo pueden compararse con luzbel o belial..

Allí retándome y con disposición a inyectarme su veneno después de saborear mi sangre. Desafiante.

Pensé no la va a tener muy fácil pues estoy preparado física y mentalmente además el bien está de mi lado además me he encomendado a Sn Judas Tadeo el santo de los casos imposibles y con vocalizaciones de mantras hindues.

Muy prudentemente pero con valor adopte la posición de Ringo No persona, hasta oí una musiquita de las películas italianas de vaqueros, creí ver pasar por la desierta sala un matorral seco y oír unos silbidos del viento.
Mis legendarias armas el bote de baigon, la raqueta china, con cargador, lámpara y brújula (no sé para qué pero en fin.,..), todas a la par de la almohada, junto al celular y el control remoto,  esperaban el ataque nocturno,sorpresivo y aéreo..taimado,  pues así como había aparecido, se perdió entre la ropa y no pude, controlar sus movimientos.



En la primera embestida después de evadir unos cuarenta aplausos con el fin de destriparlo con mis propias manos, el bandido se refugió en un tanate de ropa que estaba en el closet...

Tomé el bote de baigon, lo agité y apliqué la táctica que usó Saddam contra los kurdos, luego que casi muero por la intoxicación salí corriendo al patio a fin que se aplacará el olor al insecticida, traje el ventilador y lo puse para apaciguar el olor, además ya mi cabeza me dolía y me salían mocos por todos lados presagiando un desmayo.

Espere con prudencia y luego que el tufo se disipó, pensando en haber completado la misión, me acosté, usé la toalla al estilo terrorista de ISIS pues todavía se sentía el olor y me puse a querer conciliar el sueño..

Después de unos minutos, otra vez a oír el ruido infernal zumbando cerca de mi oído. Inmediatamente verifique que la raqueta china tuviera carga observé la brújula (no sé para qué pero allí viene) y lo ataque con furia por donde escuchaba su presencia, su maldita presencia.

Unos movimientos ondulatorios y no pude acertar, hasta hice unos zaques como la Selena Williams a ver si daba con el objetivo, pero nada.. El muy bandido se había escapado nuevamente.

Me dije ideas quiere la guerra y pensé lo siguiente:

En un viaje reciente a Izalco había comprado unos puros como recuerdo y pensé que fumándomelo podía espantar al ángel del infierno, además como hoja sagrada, podía inferir una ayuda del más allá, lástima que no me puedo la oración del puro, en fin, lo encendí y con bocanadas de humo le dispare en los rincones donde podía refugiarse el condenado no sin antes desearle un viaje de regreso al hades.

Casi ahogándome, me di por satisfecho, pensando que la fumigación chamanica había resuelto el asunto y dispuse nuevamente a dormir.

Me sentía triunfante, había superado al mal, al estilo los guardianes del universo, como Clark Kent cuando salva el mundo o rescata al niño en peligro.

El sueño me venció y pude conciliar, de súbito de nuevo el zumbido, cáspita!! el demonio de nuevo , de un salto encendí la luz y tomé la raqueta china, de nuevo vi si la brújula funcionaba (no sé para qué) e hice otros tiros, ahora con música de El Lago de los Cisnes simulando un bailarín ruso de ballet y nada no pude acertar.

Me senté a la orilla de la cama, disimulando un descuido, pero alerta al oír el zumbido, a fin de que se confiara el muy bandido.... esperé, espere y nada, a todo esto en la mano izquierda el bote de baigon y a la derecha la raqueta china, siempre viendo que trabajara la brújula.

Esperé (la paciencia es la madre de las virtudes) varios minutos, luego sentí sed y pase a la cocina a servirme un vaso de agua, esperando, esperando la aparición súbita del maligno....y nada...

Luego una picazón en la pierna, no , no puede ser me dije y cabalmente, me froté con cofalito por si las dihule, seguía esperando..

YA para apagar la luz nuevamente, al levantarme, lo veo pegado a la pared, allí estaba descansando quizás o simplemente observando su víctima y sin perder tiempo lo estrellé con mi mano, dejando manchada la pared, lo había liquidado.

Satisfecho regresé a la cama a dormir como un bebé.  Pensé finalmente, somos la principal, más inteligente y la más evolucionada especia del planeta, me siento orgulloso de pertenecer a ella. Me di las gracias y me dormí.
Han pasados cuatro días, tengo un leve sudor, me duelen los gonces, las articulaciones, no...todavía, no puedo creerlo...no puede ser, lo maté, le gané, triunfé sobre el mal, soy el tipo de la película... el ranger mata-mosquitos o quizás la fiebre me está haciendo delirar, creo que mañana iré a Fosalud.