miércoles, 22 de abril de 2009

RATA DE CIUDAD : La Puta virga

Acabo de terminar de leer HISTORIAS DE MIS PUTAS TRISTES, a pesar de no tener 90 años, no dejè de identificarme con el personaje central de la novela; por varias cosas pero en lo que atañe a esta cronica dicha identificaciòn gira en torno a una aficiòn en comùn.

En eso de tantas venturas y desventuras, actuando como Rata de ciudad, es decir ese animailito curioso, tìmido, acostumbrado a deambular por todos los inimaginables ambientes, alla por los finales de los 70 acostumbraba a aterrizar en un burdel llamado LA VILLA SISI, al final de boulevard - cerca de la fuerza aèrea-desviò a San Bartolo.

Este burdel se iniciò en una de las casa grandes camino a los Planes, de allì su nombre Villa, supongo o intuyo que el nombre SISI fuè por que en los 50-60 se puso muy de moda la película SISI Princesa, protagonizada por el monumental culo de Romy Schneider, segùn me cuenta un chero, en el 68 se trasladaron al boulevar en medio de un bacanal donde corrieron rìos caudalosos de cerveza y jodarria de todo tipo.







Al final de los 70, junto con otros tres o cuatro eran los lugares en San Salvador, en donde la clase media y a veces alta, llegaba a comprar servicios sexuales o a echarse las cervezas, pues allì se reservavan estrictamente el derecho de admisiòn, cuya membresìa se ganaba: si lo llevava un amigo conocido del lugar o que a juicio del taxista el cliente era merecedor de ese privilegio. A travès de una ventanilla le veìan la cara y se decidìa si podìa o no podìa entrar.

La matrona o madam era de unos cuarenta , blanca, delgada, esbelta, achinadita, el caràcter bastante serio de poco sonreir, llamada Ivon, decìan las muchachas que en sus buenos tiempos màs de un coronel o un Gerente de la zona puso en peligro su hogar constituìdo por seguir alocada y descaramente a ella que en ese tiempo era la màxima estrella de la Villa. Por ahora atendìa la caja y vigilaba que la clientela no se saliera del huacal, para lo cual siempre habìa un par de saca-bolos, uno, creo, era el mero-mero de ella.

El chino llegaba siempre encendido y a echarme las del estribo, era tan frecuente que mi presencia ya era cotidiana y me daba a la broma con todas las muchachas y compraba de vez en cuando sus favores, sin embargo parte de mi pila era enamorar a la Ivon, pues me daba morbo sus negativas a las cuales yo màs insistìa, a escondidas de mero-mero me correspondìa tìmidamente riendose en donde mostraba sus dientes separados y recordando segùn deduzco sus buenos tiempos, en que enjambres de clientes rondaban a su alrededor y los ponìa a comer maicito en sus manitas.

En eso de tanto joder a Ivon, para tanquilizarme, me ofreciò una muchacha recièn llegada, que trabajaba en los servicios de la cocina, al principio èsta se negaba a entrar al cuarto, pero despùes de varias solicitudes y peticiones, casi obligada, decidìò pasar a ejercer el oficio màs antiguo.

Esta muchacha, para decirlo en tèrminos etnogràficos “ladina”, de medio porte, chatita, tìmida, callada, acento campesino, angosta de caderas, pechos pronunciados, mas feyita que bonita.

Me paso al cuarto que tenìa asignado y procedimos a desvestirnos. El cuarto tenìa una pequeña cama y una hamaca donde estaba un pequeño (despuès supe que de dìas de nacido), ella temblaba y cuando se acostò notè que no tenìa bello pùbico, producto de su recièn pariamiento y corta edad, luego sus pezones derramaban calostro, puta!, a pesar de lo cabròn que puedo ser, era un gran huevo de conciencia. Me contò que el pequeño producto de un noviazgo casi infantil, que la habìan echado de la casa y que el trabajo que le ofrecieron a travès de una tìa era para trabajar en un restorant, que se querìa salir, pero no tenìa donde. Que era la primera vez que entraba con un cliente.

De allì me toco como Lorca: “no quiero decir por hombre las cosas que ella me dijo….” Y me hizo.

No supe su nombre, con el tiempo la volvì a ver usando un minivestido , rimel en exceso y bebiendo cerveza, ni me reconociò, despuès se convirtió en una de la mejores y solicitadas contorsionistas del lugar.






Espere en la misma serie : * EL DIA QUE PUYARON A LA KINKONA.
*DELEGACION DEL CARNAVALITO, EN LA VISITA INTIMA DEL PENAL DE SAN MIGUEL dedicadas al garrobo.


Un chiste nostàlgico : Dos amigos calenturientos se van a la 24 (24 avenida norte, San Salvador), a buscar putas, se pasean un rato, se tantean la bragueta, hacen su selecciòn y abordan a las muchachas con el tradicional ¿CUÁNTO?, obvio, ya se sabe que en la 24, todo vale un peso (un colòn), sin embargo en esta ocasiòn, una de ellas les hace la propuesta que: si le dan DOS pesos, les puede hacer lo ùltimo que se llama EL TELEFONO, el màs aventado acepta, el otro prefiere lo conocido y pasa con la puta tradicional, mientras, aquel entra con la oferente de la novedad.

Las casas en la 24 eran viejas y enrejadas, generalmente los zaguanes daban a un pasadizo que por medio de un cancel (estructura de madera forrada con portadas de revista dominical), se dividìa en dos cuartos en cada uno estaba una cama de pita, siempre, habìa que revisar debajo de ella, a ver si no estaba escondido el chivo. (hallazgo muy frecuente segùn contaba Paco Coyol), de manera que A se fuè a acostar en uno de los cuartos y a la par estaba B el màs aventado.

El cipote mas tranquilo practicaba el tradicional POLVO DE INDIO, cuando oyò en el otro cuarto un grito espeluznante, que lo asustò y pensò que habìan matado a su chero …presto suspendiò su tarea y se encaramò en la cama sobre el cancel para dar cuenta de su chero, y viò que estaba deleitàndose con un sexo oral de pelìcula que le propinaba la puta la cual imitaba hablar con micròfono, se bajo y reinicio su labor cuando de nuevo un grito ensordecedor lo sorprendiò y se volviò a subir a la cama y de nuevo viò a su chero hasta dormido de la gran mamada, se baja de nuevo y de nuevo el grito, entonces dudoso decide quedarse viendo sobre el cancel y descubriò para su sorpresa que la puta despues de cierto nùmero de embutidas guturales le agarraba los huevos y se los ponìa como auriculares que era cuando el chero pegaba los alaridos y que ese era el famoso TELEFONO.

martes, 14 de abril de 2009

el primer telefono mobil en el salvador







Una peculiar versión de la telefonía móvil: carroza pasando frente a la central Roma, de la capital, el Día del Telegrafista. 1976.

martes, 7 de abril de 2009

Corazòn - mi amigo sin nombre

Corazòn de Amici

Nunca lo supe o se me olvidò su nombre, pero esta anècdota se da en este contexto: 1969, la reforma educativa de Beneke, habìa concentrado los institutos nacionales, nosotros provenientes del Francisco Menèndez, nos costaba la adaptaciòn pues de cuatro secciones de cada curso ahora habìan catorce o quince secciones en este caso de tercer curso.

Como todo proceso social, los muchachos originales del instituto siempre nos creìamos, pero los cambios ademàs de lo superficial, implicaban la mezcla de sistemas- todos buenos supongo- educativos en el cual no todos nos sometìamos y acostrumbrados a la intimidad de ese espacio de la avenida cuscatancingo y la coteidaniedad de los maestros, instructores y autoridades, de repente nos veìamos inmersos en un mounstro de colegio en donde la burocracia era preponderante, todo era grande, y hasta para poner apodos habìa que joderse.

Un dìa de tantos en esas circunstancias en que siempre ando de metido, buenas y no tan buenas, un muchacho de cuarto curso, me saludo y no hicimos poco a poco cheros. El era màs alto y mayor, podrìa ser de la secciòn C o D del antiguo instituto pero yo los conocìa a todos, por tanto debiò ser de los que adhirieon de otras instituciones, de la secciòn 5 en adelante, por mi estatura y edad (14 años-1.63) yo, pertenecìa a la secciòn original A, en el nuevo: secciòn 1. De sus caràcteristicas personales que recuerdo ademàs de su estatura, que usaba brillantina, en la bolsa de la camisa usaba varios lapiceros para distintos colores, a diferencia de mi BIC de reir y llorar y bastante probable provenìa de un hogar constituido porque siempre andaba dinero, (ya fuera que gavetiaba o le dieràn para el gasto), pero ademàs en uno de sus ojos en lugar de iris tenia una manchita blanca, intuyo que no veìa con ese ojo.

El tiempo que andubimos juntos, nos divertimos bastante, eramos màs o menos la versiòn del instituo de Benitìn y Eneas, pues tanto èl como yo gozàbamos de las bayuncadas juveniles, jodìamos y la pasàbamos bien, ibamòs a almorzar al comedor de la Universidad que era como satèlite, allì entrenaban los judocas entre los cuales y de los mejores estaba Tamagas, amigo, oriundo de mi barrio, al que le presente y èl bien culòn, por ese detalle.

Y asì pasaròn unas semanas, hasta que, me dì cuenta que un grupo de compañeros de su curso lo molestaban bastante por lo del ojo, hasta el llanto y desesperaciòn, lo ostigaban todo el tiempo, ellos eran unos guazones y burlones mayores que yo, que al ver nuestra amistad tambien me llevaron de encuentro y hasta me retaron para darnos (o darme) verga.

En la perspectiva de ellos era ganar-ganar, pues: terminaban de humillar a mi amigo y taleguiaban a uno de los chiquitines del antiguo instituto- que se creìan màs que los demàs- ademàs era como viaje de agua: un chiquito desnutrido y un tuerto. Como!! Que iban a perder.

En esa desesperaciòn, ostigamiento y confusiòn que nos provocaban esos cabrones, no quedò màs que armar un reto para entrarnos a los puños, se definiò fecha y hora y mi amigo se empezò a preparar levantando pesas, pues conmigo, segùn entedì despuès, aunque nos taleguiaran talvez iban a dejar de joderlo, era como hacer de kamikase. El reto iba a ser el jueves, en la cancha de la colonia El Roble despùes de clase.

Sin embargo yo, tuve que llamar a la caballerìa…………..

EL ENANO NETO, SAUL Y EL NEGRO CAMPOS

Estos tres cipotes vivìan en las cercanìas del parque centenario, en donde pasaban la mayor parte del tiempo, era bien frecuente verlos subidos en un amate dandoles de fumar a los murcièlagos o pasar todo el dìa jugando basket, sus hobbies eran darse riata, fumar y andar de vagos.

Neto de sobrenombre el enano, tendrìa unos 16, era como el lìder, de poco hablar, bueno para los cachimbazos, un concepto de justicia muy especial , parece que estudiaba en el Orantes, conmigo platicaba con cierta calidez y amistad.

Saul, joven bien comido, fuerte, rudo, sencillo, maniequeo, si o no, bueno, malo, con poco se reìa hasta las làgrimas, no he visto a otro con esa capacidad de pelear. Tenìa buen cuerpo y bien parecido, una vez se enamorò de una cipota que se llamaba TETE y Cupido le inspiro irle a quebrar todos los vidrios de la ventana a su casa, para demostrar su amor.

El negro Campos, era malo, el papà tenìa una venta de zapatos y era el del pisto, era ingenioso para lo malo, queria demostrarse y demostrarnos que le valìa verga la vida.

Este equipo tenìan una forma especial de hacer y ver la vida, eran superticiosos, podìan hacer que un mandado a traer tortillas se convirtiera en un verdadero infierno, pues pasaban en el parque jodiendo cipotes, enamorando a gritos a la muchachas de los colegios, desenredando entuertos y por una mala mirada podìan hacer que la visita al odontòlogo fuera parte de tu futura vida. Eran vagos y era frecuente verlos pegados a la parte trasera de los buses agarrados de los stops, cuando iban a vacilar a otras partes.

Yo tenìa con ellos un pacto de no agresiòn todavìa no sè porque.

Le platiquè a Neto del problema y ni corto ni perezozo puso a la orden su apoyo, le di lugar, fecha y hora y quedamos….

LA PELEA EN LA COLONIA EL ROBLE.

Nosotros dos llegamos primero, algo ahuevados, pues yo no le habìa dicho a mi amigo del trìo, pusimos los cuadernos juntos, mi amigo se empezò a preparar, se quito la camisa, caspità!! Usaba camiseta.. y se puso hacer flexiones y mates de boxeo, yo me saque la falda de la camisa y me quite la corbata un poco preocupado.

Al rato llegaròn los cabrones, riendose y mofando, eran como seis, se quitaron los relojes, las camisas y empezaron hacer calistenia de boxeo, -todo un ritual- ya parecia el Madison square y otros los de siempre sparrings y consejeros, nos miraban, y se burlaban de nosotros.

Tambien llegaron varios de pùblico entre los que pude ver a mas de una cipota, pienso, mas por curiosidad o quizas por ese instintivo sadismo de ver a los pendejos que iban a cachimbiar.

A mis cartorce, despuès tuve unos màs largos, fueron los minutos màs largos de mi vida, esperando al trìo, caminaba peripatètico, como el buho de I LOVE SINGA. Al rato apareciò Neto, seguido por los otros dos, se me acercò y me dijo Cuàles?, solo estire la trompa y èste se la estirò con gesto de la cabeza, a Saul que, con su tradicional bluyin blanco, camino hacia el señalado con cierta prisa.

El muchacho señalado estaba sin camisa en medio de dos asistentes, moviendo el dorso y las piernas ya listo para la pelea, cuando le llegò Saul y le dejo ir una patada en los huevos y un derechazo en la boca, que lo hizo volar.

Estupefactos, todos (incluso yo), los otros solo alcanzaron a regojer al cipote escupiendo sangre, llevarse los cuadernos y salir despavoridos, Saul todavìa los siguìò a la orilla del parque.

El pùblico tambien sorprendido fuè buscando camino, sobretodo cuando el negro Campos preguntò a gritos si alguien querìa darse con èl, cada vez que gritaba màs se movìa la gente.

El negro Campos se quedò mordido pues hasta habìa conseguido una manopla de metal, PUTA¡

Nunca màs volvieron a molestar a mi amigo, despues vinieron los exàmenes finales y tuvimos que emprender otros caminos……