Mea MUNDI
HERTZIANA
El jardín infantil vio crecer y moldear las
tardes jolgorios teñidas de sus notas
Mudas de vocales, cadenciosas y serenas,
llenas de corcheas y bemoles
Contrastando el bullicioso rondar de
gargantas recién estrenadas
Caminamos juntos y crecimos valsando y gambeteando la existencia púber
Cuando el dolor del que adolece se bordeó de
calores juveniles, y los gritos alborotadores
Relucían psicodélicos matices, luces negras
iluminaban la alcoba, mantuviste el buen gusto
En medio de contemplaciones iniciáticas y
esotéricas, sonaban tus efluvios en magnas eternas
Así llegaron las notas brumosas de la
violencia y la intolerancia, que en mortal zigzagueo
Cortaron sueños y quimeras, permaneciste
aplacando la duda, atacando la incertidumbre
Por las noches, fuiste ruta de paz, música
del alma, en los momentos de duda quebrantada
Sembraste la fé por medio del trazo infinito
y armonioso de la música
En la confrontación estéril encarnaste un recinto contra la anomia que produce la desesperanza
Tus ritmos reflejaban la naturaleza íntima del ser, el necesitado de paz, el sediento de amor
Compañera habitual y permanente, fiel sombra de las horas frente al volante del caos asfaltico
Mientras Cronos se deleita, perfumando penas y triunfos, bordeadas de auras musicales
Y cuando las nieves pueblen las frentes
cansadas de tanto desafío, tus notas,
esas notas…
Tu música, calmante a todas las inclemencias cotidianas,
permaneces juvenil y tranquila
Y así pendientes
al último rocío, alertas al último
palpitar, oiremos las olas de mar
que van y vienen
en mareas bajas y altas, espumeantes y armoniosas
Del eterno
devenir del mundo, cosiendo los destinos,
escuchando el
mundo, sintiendo la vida, disfrutando su melodía.
Novia de
pensamiento positivo, ganas de continuar y luchar
Piedra para
tirarle a la tragedia, impresa de certidumbre y serenidad, surcando los aires,
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