viernes, 9 de diciembre de 2016

NAVIDAD 1978

Unos tres meses atrás y después de unas decisiones precipitadas y poco sensatas, había renunciado a un trabajo relativamente estable en una empresa de gran prestigio y solidez.

Su decisión de  querer emprender una carrera en un oficio, de por sí, complejo, pero que tenía en ese entonces grandes perspectivas lo había dominado y así, de un día para otro dejó  el trabajo y a pesar de los ruegos discretos de sus jefas y los consejos atinados de algunos con mayor experiencia, se lanzó a recorrer nuevos caminos.

El ambiente citadino, anunciaba la próxima celebración de la navidad, la temporada de fin de año se respiraba en todos los ambientes, las noches de compra estaban en su apogeo, los medios radiales, impresos y televisivos bombardeaban y seducían a los consumidores a fin de motivarlos y coaccionarlos por comprar y comprar.

La empresa que lo albergaba, era muy modesta, tanto en la fortaleza financiera como en su marco de acción, el mercado de las computadoras era muy incipiente, de hecho las empresas en el mercado local que poseían algún tipo de equipo electrónico para procesar sus datos, eran muy pocas; esta empresa de carácter e inversionistas locales, estaba o trataba de competir contra los grandes de esa época : IBM y NCR., presentando una alternativa mucho más barata y más amigable para realizar sus funciones, en consecuencia, la tarea era ardua.

El grupo de analistas y programadores era muy heterogéneo, la mayoría lo conformaban ingenieros industriales de la Nacional y uno que otro técnico empírico, verdaderos genios de la electrónica y profesionales de la programación que con  manual en mano en idioma inglés, realizaban  reparaciones de circuitería o programaban las rutinas que darían soporte a las operaciones de las empresas clientes.

Esta situación de precariedad se agudizaba, con la época navideña, las empresas generalmente limitan o suspenden todo tipo de inversión, los gastos de aguinaldos, fiestas y demás erogaciones anuales, reducen la capacidad de maniobra de efectivo y los cerebros financieros prefieren esperar el próximo ejercicio para realizar inversiones.

De modo que, la empresa modesta, a puros ajustes de última hora, habían logrado pagar lo establecido y los aguinaldos al personal de planta, en palabras llanas a “puras penas”.

Su caso, al no estar en la planilla formal, no poseía compromiso, él había trabajado las últimas semanas en  el desarrollo de un sistema de control de repuestos para una distribuidora de vehículos, pero, al no hacer pagos anticipados, no existía, por tanto,  remuneración para ese período tan especial.

La pequeña compañía no dejaba de tener características muy especiales, la secretaria recepcionista era una señora joven con unas curvas de esas de las películas “los verduleros “ o del “día de los albañiles”, muy admirada y respetada, ella le ponía el toque femenino a la pandilla de jóvenes y jefes, aconsejaba y realizaba su labor con gran profesionalismo. 

El proyecto los dirigían dos ingenieros industriales que con la ayuda de un joven visionario capitalista, dieron marco para crear la empresa de distribución de computadoras y desarrollo de sistemas,   Guayo y Job eran las cabezas, ambos muy amistosos, profesionales, sus personalidades eran antagónicas mientras uno era serio y formal, muy paternal, el otro era jodíon y muy amistoso, el amigo de confianza. 

Aunque casi siempre coincidían en el estilo de liderazgo, basado en la confianza y el desempeño realizado.  Ambos experimentados y eficientes en materia de desarrollo de sistemas, organización, programación, etc.

El técnico en jefe de mantenimientos era Robert un genio de la electrónica, ensimismado en su mundo abstracto, gustaba del whisky y sus charlas todo el tiempo eran astrales, ayudado por Terezón, taciturno y metódico.  Y David, formal, religioso y muy poco dado a la broma, resolvían verdaderos rompecabezas en los circuitos electrónicos de los equipos y realizaban hazañas de leyenda en los mantenimientos.

En el equipo de programadores, estaban los sénior, Hugo Y Nubia, ambos ingenieros de sistemas, eran las cabezas, ya con alguna experiencia en tan novedosa profesión, tenían algunos proyectos  operando, ellos muy desprendidamente, enseñaban y comentaban las innovaciones, nuevas rutinas, maneras más fáciles de programar, gozaban de gran admiración en los programadores bisoños, esta cualidad también los impregnaba de cierta aura de “primas donas”, expertos y complejos en su comportamiento, trabajaban sin horarios establecidos y sus resultados eran prominentes.

Los programadores junior, ingenieros recién egresados, pasaban estudiando, haciendo análisis, programando en papel, haciendo pruebas y cada triunfo por pequeño que fuera se celebraba con júbilo y vítores.

Julito, sobresaliente, desprendido, colaborador, jodarria hasta morir, experto en contar chistes profanos, muy metódico para el trabajo, el líder de la pandilla, seguido por 
Wilson, alto, narizón, negociante nato, de origen árabe, efectivo para resolver problemas, 
Juan Carlos, genial, efectivo, práctico, su formación jesuita, le daban un amplio panorama de los problemas a resolver en las computadores, 
Manuel, trabajador incansable, duro para pelear con los problemas, excelente programador. 
Atilio, experto en organización y métodos, serio y formal.

Otros grupo de jóvenes, soñadores, que se habían adherido a la compañía sea por atracción, circunstancialmente o por casualidad, llegaban a la empresa a aprender  esperando una oportunidad, sus trabajos eran secundarios, por ejemplo, 
introducir datos de prueba, hacer pruebas de rutinas, limpieza de los equipos, cargar bultos, hacer trabajo de papeleo o simplemente para pasar el día en ese ambiente agradable, desenfadado  y técnico.

Además laboraba un contador, joven y laborioso, casi siempre metido en papeles y partidas, haciendo cuentas, ajeno a la vida excitante del ambiente laboral, salía a refrescarse por ratos y después regresaba a sus cuentas y cálculos.

Pero además, estaba el gerente administrativo, el lic. Pérez, el “gargamel” de la oficina, serio, desconfiado, estricto.

Había sido impuesto por el empresario inversionista para cuidarle sus intereses.
Ese cuido pasaba por la disciplina financiera, la auditoria de los gastos, el control de los movimientos de caja,etc., etc. 
A eso se le adicionaba su personalidad de pocos amigos, un humor cruel y gris, pasaba pendiente de su carro, encorbatado y vestido formalmente, bromeaba de cosas fútiles e irrumpía con su presencia el cotidiano jolgorio de los demás, que pasaban chistando y bromeando.

Los jefes le temían, y en actitudes hipócritas lo respetaban y realmente le temían, pues sus informes podían ser tan severos que podían poner en peligro las inversiones o la continuación del proyecto o ameritar una seria advertencia de parte del capitalista.

Les caía antipático a todos,  sus opiniones  y observaciones eran motivo de burlas, cuando se volteaba y se bromeaba diciendo “ya le vamos a decir al Lic. Pérez…..”, como forma de advertencia cómica y cruel, imitando su acento y frases que usaba.

Esa tarde del 24 de diciembre, se tornó alegre, corrieron los tragos, las alegrías de la navidad, las compras de chumpe, las manzanas, etc. Cada uno se sentía contento. 
En una amena reunión, todos departían.  Wilson se tomó dos tragos y empezó a desvariar, otros más discretos solo hablaban de las jornadas de trabajo o de temas de actualidad, Julito contaba los últimos chistes de los reyes magos.

El por su parte, pensaba en su hijo de un año, su familia lo esperaba, su joven esposa, su mamá, sin recibir pago, mientras los otros departían alegremente, se abatía  cómo y qué iba a llevar a su casa en San Bartolo, llopango, primero  y luego hasta la preocupación de los horarios de buses desde la colonia Roma y cómo conseguir los elementos de la cena navideña.

Muy tímido para pedir prestado, muy orgulloso para pedir adelantos, mientras los demás disfrutaban, él pensaba como hacer.  

Ni los jefes ni los compañeros se percataban que era el único que no habían recibido sueldo ni aguinaldos, todos bebían, se divertían y gozaban.

Nadie advertía sus preocupaciones familiares.

La tarde caminaba y en esas tertulias y amenos momentos estaban en su apogeo, uando apareció el Lic. Pérez, a lo que el jefe Guayo, advirtió su llegada en carro y empezó a limpiar los residuos de hielo y botellas de licor que estaban en la oficina, Wilson ya bolo, le recriminaba diciéndole que él era el jefe y que no tuviera miedo, queriendo confrontarlo ( a Pérez) y decirle sus verdades.

Unos  reían,  otros discretamente se fueron desapareciendo a fin de evitar que el Lic. Pérez los viera ya encendidos y desfachatados.

Cuando apareció fue un silencio sepulcral, el jefe Guayo lo saludó y quiso justificar la fiesta, a lo que Pérez no disimulo su desacuerdo con un gesto de rechazo.

No obstante, la mayoría siguió alegre y más de alguno le invitó a un trago, a Wilson lo fueron a esconder para que no metiera las patas con un improperio.

Él se apartó y pensó que ya no tenía sentido continuar allí, no consiguió dinero y mejor llegar temprano a ver que inventarían en la casa para pasar la navidad.  

 Conduciéndose a la puerta de salida, fue llamado por el Lic. Pérez, quien en un gesto inusitado, lo saludó y dándole un sobre le dijo:  “no se lo estoy regalando, se lo voy  a descontar del primer pago.”

El sobre contenía 300 colones.

Esa noche se comió jamón de virginia, arroz valenciano, manzanas, uvas y el niño quemó estrellitas.

Gracias licenciado Pérez Sayas, donde quiera que esté, Dios lo bendiga.
….






  





lunes, 1 de agosto de 2016

Llamado para las fiestas agostinas.

Ud. que es un jefe o jefa de familia
Arriba corazones y abajo los calzones
Dele brIllo a la mastercar o visa 40 % anual

Vaya al cajero a sacar “al tope y punto”, hay después se averigua

Salga a pasear, pero primero.. en la calle al primer vendedor que pase

Cómprele  unos lentes chinos, de dos pesos

También compre unos audífonos que duran un día

El respaldo mágico para la espalda que dura una semana

También compre hojuelas y mangos pelados, el infaltable elote loco, los tradicionales churros españoles, en todo caso compre yodoclorinas suficientes. 

Una revisadita a conciencia al perol, no la vaya hacer de pedo y se quede en medio de la calle al puerto o en las vueltas de los chorros, dios no permita, llevarse de encuentro a los vendedores de sandías, no se deje dar paja del mecánico chero que le diga “las fricciones están gastaditas pero aguantan”, vaya a un centro de servicio. Radiador, frenos, aceite motor, el melón de repuesto, la mica usada, la pichinga de agua, el bote vacio de extintor, el triángulo fosforecente y las piedras con que se sostiene, no deben olvidarse.   

SI DECIDE IR  A LA MONTAÑA
Pase por el génesis y compre gorros y abrigos para los cipotes
De esos para las montañas de Utah o Wyoming, tome nota que son saldos del Maic’ys

Estando en cualquiera de los bellos parajes del país, sea en el  oriente Perquín, Sabanetas ,  o por lado de chalate Miramundo, la Montañona, o si va al bosque nebulosos de Montecristo
no deje de comprar suvenir de cuerito- peace and love-te amo-el salvador, C.A.

Las piedritas de jade, los wistes hechos collares, la camisa azul psicodélica añilada

Pruebe el café de altura, -compre unas libras-los totopostes, la riguas de la cosecha

Ya para regresar que los cipotes regalen los abrigos y gorros  

Pues el turista solo de pasadita no sabe los fríos de la gran puta que sufren los moradores permanentes de esos lugares y en la capirucha solo sirven para que hagan nido las cucas.

SI DECIDE IR  A LA PLAYA

En las pulgas venden unas calzonetas y camisetas, tipo baywacht, marcas famosas

No son originales, pero para las dos veces que se usaran, bastan.

Olvídese del olorcito a rancio, una buena lavada con jabón pueblo y gotas de lejía bastan

Las gorras con bordados de congresos o concilios extraños valen un peso, si compra sandalias, son mejor las yinas balco, esas flotan si se las lleva la correntada.

Compre anonas, sandias, jocotes, mangos, paternas. Tambien compre la piscinita, el muñequito o el salvavida plástico que solo le va a durar media hora.

Pida pescado frito, en todas sus modalidades, cockteles de concha, pulpo, calamar, camarón, dese gusto

La mariscada que no falte, con langosta, cuca de mar, jaibas, excelente alimento.

Si va a comer huevos de tortuga , que sea uno o dos, acuérdese que es un espécimen el que se está hartando, pregunte si son autorizados. (siempre le dirán que sí).

Trate de comprar de todo lo que pasan vendiendo, desde collares de caracolitos, pulseras, pedazos de concha decorados, anillos de hueso, diademas de carey (chinas), hojuelas, garrapiñadas.

OTROS SITIOS QUE PUEDE VISITAR
Apulo, Suchitoto,  Ilobasco (no pregunte por las pistolas, porque ya no hacen), Cihuatán, TAzumal, San Andrés,  Joya de Cerán, La Palma, Apaneca, Juayua, Sonsonate, Laguna de Alegría, Jiquilisco,  La unión, Conchagua. Tepecoyo. San Juan Nuevo Eden. Cuinahuat. Villa El Rosario. Coatepeque, Laguna de Apastepeque.Cerro verde, Izalco.

SI SE QUEDA EN SAN SALVADOR

Vaya a tomar shuco con pan fránces  a la calle Montserrat o en la noche a la calle 15 de septiembre, deje el Smartphone en la casa, (allí no vale el seguro) sólo lleve el dui y los 5 pesos del atol.
Chilate con nuégados de yuca o maiz, torrejas, dulce de plátano al barrio San Miguelito o al barrio Santa Anita

Panes con chumpe a los Panes San Rafael, frente al Don Pedro, Migueleños al final de ls 25 ave sur. De los Panes  coyo, hay varias tiendas.

No  olvide el fresco de ensalada y el club sanwich en el Don Pedro

Los bocadillos del redondel arriba de la chulona, son bien deliciosos, allí se pelean por atenderlo. 

Las pupusas de los planes, son inolvidables, además puede comprar el CD que siempre compra y que siempre pierde, en el mirador tratar de ubicar la colonia.

Un sopón de patas en el mercado central, o  en el modelo donde la Maritza.

El consomé de garrobo donde la Paty en la santa lucia, es inigualable.

Los Mariscos se comen baratos en el bosque de la col. Guatemala- hay varios negocios-
Si tiene suficientes biyuyo o saldo en la master vaya al “basurero.”  A que lo vacunen con un buen sopón de gallina india, con la respectiva entrepierna o pechuga de la susodicha.

Si se le antoja un tasajo con casamiento, los negocios sobre la 29 calle o sobre la 5 avenida a Mejicanos,  son buenos, están rentiados así que ¡no worri, yunov!. El Rosita es maravilloso y baratieri.

Pase por el centro histórico a comprar libros usados, que nunca los leerá pero le sirven para apantallar a los cipotes de intelectual y revolucionario, platique con los vendedores, preguntando como se llamaba el hijo de la siguanaba ó porque los guanacos comemos pan francés.  

Dese una vuelta por la tumba de Monseñor,  que compre estampitas y recuerditos del mismo.

No descuide a los cipotes.

No se ponga a verga, mal ejemplo para los bichos, además se puede ir a hacer mierda en el perol con todo y familia.

CONSUMA, DISFRUTE, GASTE, COMPARTA, REGALE

MUCHOS SALVADOREÑOS, LO ESPERAN ANSIOSOS PARA QUE CON SUS COMPRAS, Y EL DINERITO QUE VA A DEJAR 

SIRVA DE ALIVIAN UN PAR DE DIAS A ESTOS HERMANOS QUE SUFREN PENURIAS PERMANENTES.




martes, 26 de julio de 2016

El pañuelo insustituible amigo.




Hoy, es 26 de julio, para mí esta fecha no significa mucho, más que un dia de julio, se acerca el fin de mes, ya va a caer la rata.

Pero en la mañana,  mientras planchaba un pañuelo, de los pocos pañuelos, ya que me pregunto, que se hacen, por la puta!, siempre estoy comprando, bueno no son caros, pero no me explico cómo? desaparecen si vivo solo, acabo de comprar y ahora solo encuentro uno.

Estuve recordando a mi mamá, durante una época, mi época de estudiante del Instituto, la cual en medio de muchas penumbras y limitaciones económicas, fui feliz, formé parte de esa élite reclutada de 1967, con apenas 12 años, cuatro secciones de 1er. curso, por ser de los más pequeños fui de la sección "A"..

En esa época el Instituto Nacional, se perfilaba como uno, sino el mejor centro de enseñanza secundaria, era un privilegio estudiar allí, esta institución ha sido cuna de grandes personajes en el ámbito económico y político del país, desfilaron por allí, varios presidentes. El cuerpo docente era de lo mejor en cuanto a calidad academica y se aseguraba dicha enseñanza con un régime de disciplina, muy cercano al estamento militar.  

Mi mamá trabajaba de costurera en una de las más reconocidas Dry Clean (lavandería) de la época, su trabajo consistía en arreglar ruedos, pequeñas roturas, corregir algunos descosidos, etc,. en la ropa que los cientes llevaban a lavar.  Ella siempre me llevaba pañuelos (unos muy bellos), tanto que desde  esa etapa de mi vida, yo, no puedo andar sin un pañuelo doblado en la bolsa derecha del pantalón, la izquierda para la cartera, con la tanatada, la mágnifica y las fotos de encule.

A pesar de mi condición humilde entre los humildes siempre me vestía, con mi uniforme impecable y bien planchado, cinturon e insignias de bronce brillosas, el pañuelo infaltable  y  mi corbata negra, bien tipa con nudo de 45 grados, eso me distinguía, si a eso le sumábamos el pelo bien peinado y envaselinado llegué hasta el punto que algunos compañeros me trabaron “el chivazo de Moreira”, que pensándolo bien era un sarcasmo, por mi porte chiquitin y divertido.


Los usos cotidianos de los pañuelos  son obvios, sirven para casi todo, empezando para sonarse y sacarse un moco y terminando como venda para cubrir una herida, pasando por uso como papel higiénico en una emergencia, o secarse de las de cocodrilos cuando te manda al carajo la “peche”.

Ahora los pañuelos los hacen bien bonitos, sus rayitas de colores, les dan sobriedad, a mí de esos me gusta, son de algodón, los de mezcla de tela no me gustan, ni los de un solo color, 
No, a mí me gustan con rayitas.

No sé hoy los cipotes, si acostumbran, su portación, pero hay tantos usos y además el uso del pañuelo te da seguridad en muchas ocasiones.  Es una medida higiénica.

Siempre en una emergencia, allí está el fiel compañero, por ejemplo cuando el radiador del perol, no sirve, abrir la tapa del radiador, allí está el pañuelito, para limpiar el parabrisas por dentro cuando caen esos vergazos de agua "diluvianos", muy frecuentes.

Cuando te querés limpiar la jeta, por haber comido con mucha hambre la sopa de patas sabatina.

Si no querés ensuciar el cuello de la camisa.

Mojado para limpiar la salsa perrin del cocktel de chonchas.

Tipo manifestante, si no sos muy cabezón, amarrado hacia atras, para taparte el rostro e ir a pintar locuras a las paredes, podés amarrarlo a la cabeza tipo siux o legendario guerrero de pueblo originario..

Guante de boxeo  improvisado, para asegurar la pegada.

Sacarlo para ofrecérselo a una dama, cuando ella lo requiera, eso distingue al caballero.

Si te dan "carreritas" por haber comido demasiado o por lo que es muy frecuente en éste país, que la comida te haga daño, y no hay donde resolver el asunto, el pañuelo, fiel compañero, se inmola por vos, pues queda en el lugar de los hechos, todo lleno de kk, con la consigna de "misión cumplida".

Para limpiarte los brilloso de la cara, cuando vas a ver al culo o entrevista de trabajo.

Para que un asesor o suplente legislativo le limpie la "caspa" del saco o sacola  al asesorado (a). (De esto hay cursos especializados) ha ha ha 

Si te perdés en el desierto o de naúfrago para hacerle  señales a los aviones.

También,  si trabajás en una película romántica, en la escena para despedir a la amante.

Para chupón cuando se rompe una tubería del agua.

 En fin, el infaltable, fiel, insustituible, incondicional pañuelo.

Volviendo al punto, de ésta mañana me preguntaba qué diablos se hacen mis pañuelos, recordé, que siempre que llevo los tres únicos pantalones a la dry clean, nunca reviso las bolsas,  entonces….dry clean, mi mamá, costura, pañuelos.


Ojalá que esos pañuelos que dono o cedo  cada vez que llevo los pantalones a la lavandería le sirvan a algún joven, hijo de obrero o costurera del negocio.

Y así cultive este hermoso y beneficioso hábito por el resto de su vida. 





sábado, 4 de junio de 2016

Mahamed Alí - El más grande.


El más grande
                        In memorian
Desafiaste a los planes claros y encucurachados del clan

Espontáneo rápido y ligero, que mueve pies libremente y  boca desatinada,

El laurel olímpico marco tus juveniles sienes, para el mundo marginal

Deporte por arte, el más grande, tu musa la dignidad,

Tu objetivo libertad, tu destino lo inmortal

Y marcaste tu figura de amor y de respuestas incomodas y sinceras

Enseñaste la vía clara, resuelta, pujante, en el desierto inhabitado de paz y cordura

La saeta que rompió esquemas y clava en el  duro, el mandingo, el esclavo

La luz de esperanza y el reto del coraje, la necesidad de lucha, el hambre de justicia

EL mundo siente tu ausencia

Negaste la máquina de muerte, la respuesta del fusil, encarcelado y sucio

Surgiste como adalid de rebeldía y descontento

Sucumbiste a la magia caribeña,  deleitando  malecón  

Bordeaste de lágrimas dignas, los edificios luminosos  y modernos

Y el poder te envió  al basurero del olvido, al manicomio de la infamia,

Al destino pestilente del silencio, despojo de la burla, cloaca del circo.

Fuiste el Grande, Enfermedad, dolor, amnesia  no apagaron  la antorcha que marca 

Y denuncia con hechos, gritando el hondo pesar del sistema opresor que margina y que lacera

Porque fuiste luz en el mundo obscuro del pancracio de la vida

Repleto de falsedades y gorgoreo, de los patrocinios de Guillet

de la danza de millones, mafia  y apuestas

Contrasta tu figura de amor y de respuestas

Ahh!!, vos, negro cerote,

Pónele los guantes y enséñale a boxear a San pedro



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miércoles, 23 de marzo de 2016

SAN MIGUEL - ENERO 1971


El clima es de lo más terrible, San Miguel, llamada por algún baboso, “la Perla de Oriente”,  se caracteriza por sus altas temperaturas. 
El sol aparece al oriente bien temprano y el muy laborioso se esconde casi siempre después de las seis de tarde.

Estas críticas a San Miguel, aún hoy, no caen en gracia ni son bien vistas, por la comunidad de garrobos, iguanas y lagartijas, descendientes de los dinosaurios,  que por su sangre fría, disfrutan del hermano sol, el helios ardiente que con su calidez impregna la  arenosa y arcillosa superficie del terreno migueleño.

En aquella  época los años 70, era muy frecuente encontrarse con algún garrobo en la calle, a la orilla de las quebradas, incluso en los techos de algunas casas de todo el pueblo.  Además, las lagartijas eran como los vecinos permanentes  y cotidianos de cualquier casa migueleña.

La vida normal y castrense en la Tercera Brigada de Infantería era sacudida  cada cuatro meses, porque aparecían unos especímenes de humanos, de lo más extraordinario y simpáticos, unos descalzos, otros con ropas desgarradas,  descamisados, otros encaitados, despeinados, algunos con las marcas de los lazos con los que los capturaban, todos, todos, jóvenes, algunos citados por los comandantes locales del departamento cuando cumplían los 18 años, otros cazados y amarrados como animales y los más pendejos presentados voluntariamente por algún desprecio amoroso, sed de aventuras y los más mas pendejos por gusto, y los pendejos expertos se presentaban porque habían interiorizados la canción de Daniel Santos “vengo a decirle a dios a los muchachos, porque pronto me voy para la guerra” y los pendejos nivel dios, los que se presentaban inspirados en la canción que cantaba Luis López y los supersónicos “era un muchacho como yo quería se bitle o roling ston y que lo “llaman al Vietnam  y debe ir allá…, ratatata, tata, ratatata.”

Todos ellos eran presentados y exhibidos en el patio general de la Brigada para prestar el servicio militar (en aquella época) obligatorio, que duraría 18 meses y en el cual iban a aprender, participar y sufrir los detalles de la vida militar, hasta convertirlos en ciudadanos dispuestos a defender su patria “AUN A COSTA DE SU VIDA”.

Es obvio y lógico pensar que este contingente y al ser la zona oriental del país de aquel tiempo eminentemente agrícola, atrasad a y aislada de la metrópoli, todos o la mayoría de estos muchachos eran campesinos, muchos analfabetos y poco disciplinados en asuntos militares.

No dejaba de ser divertido ver ese arcoíris de jóvenes, de todos colores y sabores. Desde el negro color azabache, producto de mezclas de afrodescencientes con indios o con blancos, unos como flautas de largos, otros enanitos, hasta los blancos rubios, ojos verdes generalmente originarios del norte de departamento de San Miguel y Morazán, algunos asustados, tímidos, otros llorando y con cara de aflicción, pues ninguno sabía lo que les espera.

Los más antiguos, es decir los soldados y demás tropa, se deleitaban con la idea que pronto se desquitarían los sufrimientos y penurias que ellos mismos habían padecido cuando llegaron tiempo atrás.

A los reclutas se les sometía a todo tipo de castigos, algunos humillantes a fin de cercenar todo dejo de personalidad , egocentrismo y toda clase de individualismo.
Estos países atrasados y sub desarrollados enmarcan de manera salvaje estas costumbres ancestrales de los ejércitos.

Unos actos muy poco protocolarios y formales, determinaban a que unidad militar dentro del batallón iban a ser ubicados, los instructores oficiales y clases, preguntaban a los más de 150  jóvenes acerca de los niveles de escolaridad, observando su contextura física, altura, capacidad de aguante físico, etc.
Y los iban apartando pues de allí en adelante su nueva casa, jefes, amigos y compañeros de alegrías y penurias iban a ser los que compartían su unidad, en este caso su compañía militar.

Así, los más estudiados y aparentemente abusados (listos) después de ese somero y rápido examen pasaban a la compañía de Armas de apoyo- en el entendido que necesitarían algún conocimiento matemático para manejar los morteros 120Mm. , en ese orden luego a la tercera compañía de fusileros o infantería, los siguientes a la primera y luego a la segunda. Los que aparentaban menos inteligencia o habilidades eran ubicados en la compañía de mando y servicios, los cuales después del rigoroso, cruel y sufrido curso de reclutas pasarían a ocupar las plazas administrativas, que se limitaban a ayudantes de cocina, corraleros, casineros (ayudantes en el casino de oficiales), meseros del mismo, etc.
Donde con suerte terminarían su servicio militar bien “maiciados”, pues esas labores permiten comer y descansar abundantemente.

Algunos de los jóvenes que no resistían el riguroso curso de instrucción de reclutas, el cual era verdaderamente agotador, es decir aque
llos que se quedaban en los ejercicios  cansados al máximo, al borde del colapso, eran trasladados a la compañía de mando, donde terminaban su servicio cómodamente.

La vida militar de esa época era muy dura, se había heredado parte de la tradición prusiana a través de instructores chilenos y estaba ya bastante influenciada por la filosofía del ejército gringo, que por esos tiempos libraba sus batallas en el sudeste asiático, peleando contra el vietcong , en una guerra no convencional, pués la guerra de guerrillas, requiere de otras tácticas y estrategias castrenses;  adicionalmente el ejército nacional había experimentado recientemente una restructuración a partir del conflicto con la hermana república de Hondura en la mal llamada “guerra del fútbol”.

Había o estaba pasando de un grupo de chafarotes holgazanes a un ejército más organizado y  profesional.  Es obvio que la historia todavía no se escribía.

El Salvador había  desechado los antiguos fusiles Máuser, Checo y Garant y ahora se usaba el fusil G3 de origen alemán, era el arma de equipo de la infantería.

continuará..........

viernes, 4 de marzo de 2016

Decisiones transcendentales.

Hay ocasiones en que hay que definirse, hay que buscar en lo recóndito de nuestro corazón, quienes somos, de dónde  venimos y para dónde vamos.


Es el ser o no ser shasperiano, la definción de la conducta del individuo lacerado y acomodado por el sistema que lo somete, lo doblega, lo amansa, lo adiestra....

Cuando se peinan canas, habrá que hacer el recorrido, y buscar la esencia de nuestro ser, la naturaleza exacta íntima, eterna.

Hace unos días tuve que definirme, no podía permanecer en una situación alienante, a pesar que la vida a cada rato me recordaba mi comodidad, mi paz, mi tranquilidad que era interrumpida de fechas en fechas, a cada cambio, cada agotamiento de la práctica e instrumento anterior, la vida me volvía de frente y me preguntaba: “porqué te empeñas en sufrir”, a similitud de Pablo de Tarso en el camino a Damasco, cuando la voz potente le cuestiona “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, y así de necio he navegado más bien dicho “patiando” o mejor dicho “pisando” por años queriendo , cambiar


una costumbre que adquirí casi de niño.

En fin, la hora de las decisiones definitivas, reales, hago de caso que me pinto los cachetes tipo indio Siux y me preparo para la batalla definitiva- póngale musiquita de esa heroica- .

El hombre desnudo en su disyuntiva.......la determinación de la vida....la satisfacción de un trabajo bien hecho... la  consecución de la paz....

Y es que las yinas Balco, me han acompañado en los momentos más significativos de la vida, fueron las fieles compañeras, cuando nos tocaba hacer cola para bañarnos en el mesón., las cuales lucía con gran orgullo. Siempre las preferí color verde, aunque he usado también azules.


Las yinas-yinas, no me gustaron porque arruinan el pie,  así que no sé si porque me las compró así mi mamá o por comodidad he usado siempre las que son solo de meter.

NO  sé,  tal véz porque cuando me las tiraba mi mamá siempre acertaba, el deslizamiento fisico de la yina se desplazaba con la precisión que mi mamá le imponía y que me calaba en la espalda.

Muchas historias se escribieron en compañía de las yinas.

Cuando pude comprar, siempre las verdes de meter, aunque a decir la verdad, tal vez unas tres veces en 60 años, pues la duración es bien larga. Además antes cuando se empezaban a joder, uno les ponía unos ganchos de ropa, de los grandes para que aguanten un par de años más.

Así que las yinas han sido mis compañeras de viaje durante muchos años, en las buenas y en las malas, para reír y para llorar.

Cuando la época de los años locos anduve probando una semana santa con caites de llanta, eran las sandalías  hippies que nosotros los pobres podiamos adquirir, eran de los que usaban los jornaleros campesinos, recuerdo que nos costaron como tres pesos (colones) y anduvimos apantallando ( perdón ; haciendo el ridículo) con esos artefactos, durante toda la semana, al final desaparecieron con el tiempo, pues su uso no aplicaba  ni para bailar, ni para vacilar, ni para bañarse.

La yina tiene la ventaja que no se desliza en los pisos de cerámica,  no obstante, siempre que las usé eran pisos de cemento, y uno se siente más seguro cuando se hecha la guacalada mañanera.


Las puede usar en las quebradas y ríos, le defienden de las whistes, espinas, animales ponzoñosos, y,  le dan comodidad para caminar entre las piedras. Si uno quiere bajar un mango, la yina es ideal, así como para espantar los chuchos, y para pegar una guinda la yina se adapta al pie.

Ademas son un excelente sistema para matar bichos, las cucarachas bailan y la yina se adapta a la mano para llevarles el ritmo hasta que se les aplasta y como es suave la suela puede uno a muy  estilo de juez gringo y benigno perdonarles la vida y solo mandarlas al albañal, imaginen con una sandalia de marca bien anchotas no alcanza la mano para esgrimirla con gracia como la yina.

Tanto uso, además  puede usarla para cuando la mesa está patoja, ellas se adaptam a la falta de nivel que pueda tener el mueble.

Recuerdo cuando uno llegaba o llega  del trabajo, un par de yinas frescas son el compañero ideal para sentarse en el sillón a ver las noticias, casi se ponen en nuestras paternas.

La yina puede usarse en invierno y verano, usted puede escoger el modo de uso, las puede usar hasta el fondo o solo la mitad de la pata, ellas siempre se adaptan al modo del usuario.   

Y los domingos es casi el uniforme obligado para pasar todo el día quitarse la goma sin preocuparse del  calzado, pues las yinas se pueden lavar fácil si se hace el zope.  

Y si le toca la lavada de calzoncillos y calcetines, no causan problema pues aunque se mojen no se estropean, las seca el viento. 

Cuando andaba de malicioso quise olvidarme de ellas, las ví de menos, me parecían vulgares, y me compre unas “sandalias OP” que compré en Metrocentro , bueno lo primero que costaban lo que cuesta una docena de pares de yinas, lo segundo que el cierre era con mozote y era un problema cuando se mojaban, a veces se despegaba el mozote o sino bien duras.


 Esas me duraron poco pues, se desprendieron de la suela, como todo soldado de las adaptaciones quise aplicar grapas, pega loca, un clavo caliente – simas me quemo los dedos- pero nada, unos días funcionaban, después parecían mariposas con las lengüetas bailando,  así una arruinada, la otra me quedó una bien chiva que la combinaba con una de las yinas, pues esa es otra ventaja de éstas, que uno las puede usar indistintamente el derecho en el izquierdo o viceversa.

Deambule con varias marcas, unas chinas, otras chapinas, otras artesanales y siempre con los inconvenientes del caso. Unas se arruinaban rápido, otras parecían de mujer, otras jodía los dedos y las más muy incomodidad. 
Unas son plantosas solo para la foto, pero muy incómodas.

Hasta que llegaron los “croac”, ese invento chino, sabrá dios de que las harán. Para probar me compré unas allí por el palacio nacional, estas sí, me dije a mi mismo.

Pues se veían cómodas, cubren todo el pie, resistentes y eran de una sola pieza, la suela no era tan delgada, la apariencia no es tan mala, parecen sapitos o ranas de montaña.

Y así…me llevo candanga, pues las susodichas son bien calientes, tienen una abrazadera que traba a cada rato, esas se las corté para no darme por vencido, pero lo peor es que cuando uno se baña quedan mojadas y queda un charquito de agua, incómodo. Si uno las deja y al regreso del trabajo las quiere usar todavía están mojadas, que es otra ventaja de las yinas que se pueden usar con calcetines o sin ellos, aunque se te vean los jocotes y el pie de atleta.

Bueno, he usado de muchos estilos y marcas, por plante; NIKE,  solo para fisiquiar, uno está acostumbrado cuando va a la playa a meterse con todo y yinas, esas hay que dejarlas junto con el sombrero y la toalla, lo que no es muy sabio, pues para llegar al agua hay que ir saltando como que es chacuatete porque la arena está bien caliente, además si se le va una por el movimiento de las olas, no es mucho pues tres lukas, en cambio una de marca entre 10 y 14 varas.

Yo nunca he perdido una yina en el mar. -quizás tienen misterio-


Siempre quise tener unas de cuerito, tipo hippie, y me las compré en los usados, diez bolas, pero esas solo sirven para pasear, fisiquiar, porque no se pueden mojar, si se moja el cuero se hiede y se pudre, después se usan como yina convencional, pero con la incomodidad de que los pasos hay que darlos con cuidado, sino se le zafan cuando camina, un huevo!!. 

No se crea, que ya las imitan los chinos, lo único que la yina chinita, es bien tostada, y rápido se jode, claro es más barata, a  mi me gusta la que tiene la suela un poco gruesa, la BAlco, color verde, y con esa me siento más cómodo.


Así que de ahora hasta que me toque ver y contar los aviones, o como dijo el poeta "cuando venga a buscarme la parca", usaré yinas verdes de meter Balco, siempre están conmigo, como esos amigos entrañables, que son bien fieles, ellas allí están, en la noche las veo, cuidando mi sueño, listas a prestar su servicio, ya sea para ir a miar o por si algún ruido me despierta, me las quito y me las pongo con gran facilidad.   ja ja ja , que feliz soy!! 


Amo las yinas verdes.



Esta foto es de  diciembre 1979, en San Bartolo, Ilopango, fue nuestra primer casita, salidos del querido y recordado Mesón San Jorge en la 10 avenida norte.  Alli están conmigo mi primer hijo y las yinas.

Junto al Arbolito de navidad y el "nacimiento", tradición de Mama Nena



Aqui en Col Valle Nuevo, Ilopango ya con los dos cipotes y las yinas 






Una tarde de domingo en Antiguo Cuscalán, 1993 y las yinas




                                                        Estas son de leyenda



lunes, 25 de enero de 2016

LA MILA


La noche no presagiaba nada extraordinario, los cipotes correteaban alegres por los columpios, en donde sobresalía siempre la voz sonora y chillona de su líder foncho, el muchacho rubio, baby face, hermano de Camano, uno de los menores de la majada grande, ambos hijos de un gran señor muy respetado, simpático y muy amigo de todos.

 Nosotros como todas las noches comunes nos apretujábamos alrededor de pichota y caliche que eran como los lugartenientes del parque, los cuales se intercambiaban bromas y manejaban las diferentes situaciones administrativas y juveniles. Nos acompañaban la luna, las estrellas, las tenues luces del parque dibujaban poco tímidas las siluetas.

 El dueto no dejaba de ser gracioso, pues el uno era pura vanidad, fuerza, elegancia a pesar de los patrones culturales de la belleza, Pichota, era moreno, tirándole a prieto, pero sus facciones eran mus armonizadas, su musculatura era prominente en comparación de los demás, pasaba mucha parte del tiempo quitándose el mechón que le caía sobre su cabeza, el cual peinaba permanentemente con un peine negro, sus comentarios casi siempre era órdenes. 

Caliche en cambio, era el alter ego de pichota, lo bromeaba y le hacía ver las ridículas que eran algunas de las posturas o poses de pichota, en más de alguna ocasión actuaba como abogado de los débiles y sus opiniones eran acertadas. Físicamente era muy ágil e inteligente, su figura estilizada le daba ventajas para el juego y en combinación de sus ojos claros para conquistar féminas.

Toda la temática era banal, ligera, que tenía que ver con cosas triviales, música, modas y las cosas que son importantes para el mundo, las cosas superficiales. Los demás miembros de la majada éramos participantes de toda la actividad.

Esa noche temprano era como de costumbre, pláticas ligeras, unos tiritos de básquet en la cancha, comentarios de los torneos estudiantiles, la estructura física de las novias y amigas y los comentarios acerca de los temas tabú como el sexo por ejemplo…..

Los gritos de aviso de los bichos, sorprendieron la tertulia de los grandes, todos apresurados venían a contarle a Pichota y los demás un extraordinario evento, era tal la ansiedad y excitación que todos nos pusimos atentos ante gran algarabía, viéndonos entre nosotros, al fin de que se calmaron, Foncho nos dijo a todos que : por el extremo sur oriente del parque, cerca de árbol de Conacaste, había llegado una mujer y que se tambaleaba, hablando con voz pegajosa e incomprensible.

Los que estábamos cerca de la fuente en el centro del parque caminamos rápido a ver que era o quien era esa visita inesperada y nocturna.

A contraluz me pareció ver una pequeña figura femenina, sobresalía una minifalda obscura y una gargantía o collar negro del cual colgaba un eje de fantasía muy de moda en aquel  entonces.
Se trataba de una joven como de 18 o 20 años, realmente tenía 17, que medio borracha hablaba incoherencias. De su  rostro sobresalían sus labios amplios y carnosos, lo que le daba un aire sensual, (tipo brigitte bardot) el pelo le caía sobre sus hombros, ojos grandes y almendrados.

Su nombre era Mila, no se sabe si por Milagro o por Emilia.

Mila ejercía el oficio más antiguo en la esquina de la calle celis y 18 avenida norte.
Su historia como de muchas, víctima de la trata de blancas, muy antigua profesión, productos de cientos y cientos de contactos malévolos, delincuenciales, crueles.

Ella era resultado de ese mundo injusto, obscuro;  había estado en un hospicio y orfanato desde bebé, no conoció ni madre ni padre, su singular belleza y las circunstancias la habían llevado a la cúspide de los lupanares de la clase pobre de la capital, cuyo ombligo era la Calle Celis, ejercia su oficio, muy profesional y eficiente, en una zona estratégica.

Esa noche y otras más que siguieron, los cipotes experimentaron sus primeras experiencias sexuales, pues ella de vez en cuando se pasaba de cerveza y caminaba sin rumbo fijo hasta que hizo del parque su lugar de descanso, pues los bichos la molestaban inocentemente, la trastiaban, ella les enseñaba a besar y  ellos podía tener una muñeca en vivo y a todo gato-color,  para tocarle las chiches, las nalgas y los genitales peludos y parece, digo parece que alguno de esos perdió su virginidad entre las piernas de la Mila.

Los cipotes se gritaban jodiéndose "te cogió la mila", " A vos te beso la mila", etc.

Ahora si te gritaban "te pisó el viejo chon por un trompo zumbador", esa es otra historia. 

Por otra parte, los grandes casi adultos, entre 17 y 19 años:  por el trabajo del obrero que algunos  ejercíamos o las mesadas que les daban los tatas a los que estudiaban no permitían participar mucho en la compra- venta de sexo, y la señorita palma era nuestra novia fiel y casi permanente, de allí hay que sumarle, la timidez propia de una educación llena de tabús, el machismo, el atraso institucional, el miedo a las enfermedades venéreas, etc.

 De allí que,  nuestra juventud se tropezara a cada momento con traumas, prejuicios y todo tipo de conducta hipócrita, que habíamos visto y sufrido durante nuestro desarrollo, sometidos a la pobreza e ignorancia.

Los 70’s eran tiempos de cambio en el mundo, sin embargo en El Salvador, éramos muy atrasados, había prejuicio con los condones, la homosexualidad, y nuestra sexualidad era conservadora, no era frecuente la  mención de sexo duro, anal, oral, orgías, etc. Ahora tan comunes en las redes y las conexiones porno. Aquella época era  victoriana a ese respecto.

Las trabajadoras del sexo, eran llamadas putas, y ejercían su profesión, por lo menos en la avenida, calle celis y aledañas, la 24 ave. Norte en forma muy, muy puritana, el servicio se limitaba a una penetración vaginal, llegar al mandado y no al retozo. 

Las mujeres bien ataviadas y con maquillaje en exceso se mostraban complacientes a los clientes, unos les llamaban las leonas porque pasaban encerradas, una verja de metal, una cama, una cortina, un huacal, era el mobiliario de la oficina de servicios sexuales, tambien era muy característico el olor, a ruda con saumerios, dizque para llamar a la clientela. 

Por la mañanas las muchachas o leonas o putas tiraban a la calle unas aguas mágicas y benditas que presagiaban una jornada movida y pistuda.

Yo visité a la mila en varias ocasiones, algunas veces solo otras con Calín Peligro, y recibía un trato preferencial que me cautivó. Tanto que pensé que me había enamorado.

Ella por su parte me atendía muy complaciente, paciente, amigable, comprensiva, creo que le gustaba, pero no tanto como su marido oficial.

Un hijo de la gran puta, que la golpeaba, al que mantenía.

Yo lo odiaba, el cabrón pasaba jugando billar en un local casi enfrente de la esquina donde Mila trabajaba, era un vago.

El aspecto era muy típico del chivo, bien arreglado, alto, seco, fumador, algo parecido, muy seguro y cruel con la Muchacha, seguramente en la intimidad la trataba como a ella le gustaba.

En alguna ocasión intercambiamos miradas pues esa vez estaba yo dentro de su cuarto cuando llego a exigirle pisto para seguir en el billar, dos pesos que era lo que cobraba por el rato. 

Una vez que la visité la encontré toda morada de la cara, el tipo la había golpeado porque el día había estado malo y no le había dado suficiente dinero.

No sé si él andaba en droga, lo hubiera sabido si con la mota, parece que no, era simplemente un vividor, tenía talle de ladronzuelo. Yo además de celos, lo quería matar por la forma como trataba a la joven y quizás por eso se le escapaba al parque.

El chivo ejerce un control psicológico con su víctima y entre el amor y el terror se arma una relación enfermiza que camina y termina mal.

Y así entre rato y rato, entre tiempo y tiempo, "el tiempo todo lo cura", la perdí de vista.

Luego cambié de barrio, el tiempo pasó y no supe más de aquella señorita bonita, con la voz sensual y que me recordaba a Brigitte Bardot, además que me hacia el torito y la candelita chorriada.

¿Qué habrá sido de la Milla?

¿en qué caminos andará o anduvo?

¿Estará finada, viva, habrá tenido familia, como estará vieja, enferma, sifilítica, con sida??

¿Dónde quiera que estés Mila, que Dios te bendiga?


A ver si algún puro parque tiene más anécdotas o historias de la Mila.

jueves, 14 de enero de 2016

Punto de partida


Se leía por allí que don Albert Einstein, o por lo menos a él le atribuyen la siguiente frase : La vida es como montar en bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio, tienes que seguir avanzando”. 

Esta frase me recuerda que cuando estaba aprendiendo a pedalear, la clave, además de pedalear era, y según mi maestro en eso, era que no mirar el manubrio, que siempre viera para adelante, para tener una perspectiva hacia donde vamos. 

En fin al hacer una analogía con esta experiencia curiosa llamada vida, no puede uno más que reflexionar acerca de los acertado o no de la frase del físico teórico, tan famoso, más por su cabellera y bigote y menos por su teoría de la relatividad, que todos la usamos cuando no podemos o no tenemos como explicar algo con precisión y límite, siempre terminamos diciendo “en que todo es relativo”, y con un par de conceptos acerca de la velocidad de la luz y el famoso carro, que avanza de aquí la espacio, damos como ganada alguna discusión de esas sosas y poco importantes.

Don Alberto, nos sirve de muleta, personaje admirable, alemán, de origen judío, muy admirado y comentado.

También a este señor, yo lo he leído a propósito un librito muy interesante “El mundo como yo lo veo”, que me lo huevié por allí, donde explica sus creencias, las cuales hay que respetar aunque no las compartimos del todo, creo que todo ser humano va evolucionando conforme se va haciendo más viejo, el marco de sus creencias se va enriqueciendo o va formando otro cuando se acerca el tiempo de dejar este plano.

Es que cuando estás en la línea de partida hacia la muerte, ya enterrastes abuelitos, padres, amigos, etc. Parece que algo se va acomodando, como preparando para el inevitable viaje, es decir colgar los tenis, o estirar la pata, el patatús.

Surge entonces: cual será el asunto o el motivo o la razón de la existencia?, claro, que las religiones tratan de explicar, pero no resisten un análisis serio, unas te ofrecen un paraíso, o te amenazan con un lugar muy caliente, hasta los extremos de sentir miedo a que los diablos te pasen puyando con unos tenedores, hay tanto que contradecir que para que.

Queda entonces la pregunta. Somos un dechado de pasiones, comer, respirar, oler, tocar, penetrar o que lo penetren, forma parte del menú de sensaciones originales, desde que estamos en el vientre materno, sujetos a la tri-dimensión, un cerebro que procesa estas emociones, de la cuales somos presa fácil, a menos que nos frenemos por convicción, o por miedo al fuego eterno, o por alguna enfermedad causada por el desenfreno o desequilibrio. 

Cual es la onda?, cual es el sentido de la vida?.

Entonces surgen, como todo lo humano, muy dado a clasificar, los 7 pecados capitales, numero cabalístico, que tiene que ver con los días de la semana, los colores primarios, las siete cuerdas de la lira, originalmente los 7 planetas (ojo se incluia al sol como planeta, craso error). En fin : la gula, la lujuria, la ira, la pereza, la soberbia, la avaricia, la envidia, a la que se contraponen las 7 virtudes. 

Buscando siempre lo metódico.

Por otra parte el hombre antiguo definió las cuatro virtudes cardinales que vienen desde tiempos inmemoriales y que fueron absorbidas por las disciplinas masonas, teosóficas, gnósticas y asumidas en el catecismo de la Iglesia Católica, hablan de cuatro : la fortaleza, la justicia, la prudencia y la templanza. Siempre buscando un equilibrio.
Y es que si vemos el mundo que nos rodea todo tiende al equilibrio, si algo está frió tiende a calentarse, si algo está agitado tiene a calmarse, la biblia habla que al principio había un caos, es evidente que se buscaba un orden.

Pare que la clave es el Equilibrio, todo está disponible, bueno no todo, hay límites en cuanto a la dotación genética o la condición social que obstruye o potencia las cualidades.
Entonces podríamos decir que la búsqueda del equilibrio es como lo natural, pero en todo caso no vamos a petatiar, cual es el sentido entonces?. 

Quizás evitar el sufrimiento?, o la búsqueda del bien, será?. Somos buenos por naturaleza?, creo que no. Nos han amoldado a una moral, sujeta a intereses económicos definidos por los más fuertes (inteligentes?).

Pero es moral la vida del hombre, donde se magnifica el éxito económico, el lujo, la vida fácil, es la vida fácil?, referentes que conllevan casi siempre al sufrimiento de otros de nuestra misma especie.

Creo que hay más preguntas que respuestas, me recuerdo que hicimos una apuesta hace muchos años con CHICO, mi compañero de jodarria, que el primero que se fuera de este mundo iba a regresar a contar al otro como era del otro lado. Chico murió hace 18 años y todavía neles.

Intuyo que deben haber otras dimensiones, físicas o metafísicas, siempre me ha parecido muy limitado el concepto mental del universo, solamente hace 400 años (casi ayer) si alguien suponía o comentaba que la tierra era redonda o esférica lo achicharraban. 

De allí que pueden haber otros escenarios que permiten que la esencia divina que nos hace tener un poco de conciencia se manifieste, conste todo esto y los otros supuestos han sido definidos a partir de pensamientos enmariguanados de los avatares, chamanes, etc.  

Podemos inferir, entonces, también como iguales en el ADN, que tampoco allá nada y que los conceptos sean producto de un exceso de inspiración o una febril enfermedad.



Ahora la experiencia es majestuosa, un campo sensorial inmenso, al amor, el dolor, el miedo, la alegría de vivir, los cipotes, todas esas manifestaciones primitivas, originales que posibilitan que uno no se quiera ir, y algunos han elaborado sendos edificios conceptuales para definir que tenemos algo más que sentidos y mente, hablan de alma y espiritu.que viajan en el eterno sin tiempo ni espacio.  

Lo cual es lógico la definan inmaterial. Como digo se intuye.

Ahora como testigo presencial de las risas de la siguanaba, la arremetida del jinete sin cabeza y el hermano masón que se me presentó hace poco, creo que deben haber otras cosillas más ligeras, más etéreas que esta simple y gruesa carne que se comerán los gusanos. (como dijo el poeta "mundos sutiles como pompas de jabón"), 
Estos mundos deben estar seguramente pobladas de seres fantásticos, hermanados con la luz y no sometidos a las tres dimensiones que nos encarcelan, y han de vagar libres como los sueños humanos.