SACRAMENTOS
Eso de los sacramentos, era cosa seria, por lo menos en la
época que me tocó vivir y en donde prevalecía la religión católica, invadiendo
e impregnando toda la vida social de los barrios pobres.
Las celebraciones religiosas eran de estricto cumplimiento,
algunas escondían gustos y costumbres muy paganas, más cercanas a las
festividades de Baco o Dionisio, Bacanales y Aquelarres, tal como la procesión
del silencio, el jueves santo, - una de las máximas celebraciones del ciristianismo católico- los muchachos aprovechaban para tomarse sus
tragos por primera vez y por el privilegio de ser del Parque Centenario, se pasaba cerca de
donde estaban las muchachas o leonas, ejerciendo el oficio más antiguo, (el
adolecente tenía la oportunidad de ver muchachas en ropa interior),
circunstancia única , y a veces era la oportunidad de pasar a formar parte de
su clientela, pues de otra manera los cipotes tenían prohibido su tránsito por
esas calles.
Siempre en el tema de
los velorios,de infantes, antiguamente eran fiestas, fue una de las razones por las cuales Mi General Hernández
Martínez había prohibido (AÑOS ATRÁS) las fiestas que se hacían en los velorios
sobre todo de los infantes, porque algunas veces terminaban en borracheras y
pleitos mortales entre los asistentes.
Tomado de
Tomado de
Descripción Geográfico-Moral de la Diócesis de Goathemala/San Salvador
1769-1770 CURATO DE SANSALVADOR
"Los velorios se reducen á pasar toda la noche, y muchas no ches desde que se acava la luz del dia, hasta que viene la del siguiente concurriendo al Xacal, ó casa, en donde se hace el velorio, toda especie de gente en gran multitud hombres, Mugeres, Chicos, y grandes; porque hay entrada franca para quantos quieran concurrir. Hay mucica, comida, y bebida abundantemente, ña costa de los concurrentes, con versaciones, y vailes; y assi se apsan las noches en vailes, embriaguezes, y deshonestidades. Estos velorios no son precisamente en las muertes de los Parbulos, sino tambien en las de los Adultos;"
Sin embargo para decir, los velorios de mi época además de los respectivos tamales, pan dulce
y café, los rezos, los lamentos, los pésames, incluían juego de naipes y chivos
o dados en los cuales hombres jóvenes y niños participaron alegremente dando la
vela al difunto y pasando la noche-madrugada en agradables tertulias.
En la vela, las cartas del manjar español, los cipotes
jugaban “viva la flor”, “treinta y uno”, los mayorcitos sietillo, chucho,
burro, conquián, los jóvenes chucho, conquián, póker y los mayores o macizos
con baraja inglesa (52 cartas), comprada donde los chinos, póker con apuesta.
Paralelamente a los rezos y congojas de los deudos, estaba la
participación de plañideras o lamentatrices que eran infaltables en esa actividad. (estas
personas, generalmente mujeres, que ejercían este oficio, eran reconocidas en
el barrio, manejaban tarifas de acuerdo a la intensidad del dolor, así que solo
llorar a gritos, un par de pesos, llorar y arrancarse las ropas : 5 pesos, con
ataque de epilepsia eran 10 pesos).
Los rezos eran de estricto cumplimiento así como la
celebración de los novenarios, es decir nueve días después del entierro, se
rezaba y repartían los respectivos
tamales, pan y café.
El novenario culminaba con un ceremonial muy intensoy lleno de simbolismo, es
cuando la mujer u hombre rezador levanta con sus manos un cruz de ceniza y flores impregnada en el
suelo, con las manos en alto la rezadora (o),
simbolizando la liberación del alma o espíritu hacia los confines del
cielo.
En todos los velorios del barrio, una figura era infaltable,
con su gran porte, piel morena, ojos verdes, su saco destartalado, cigarro en
mano, era Don René Cornejo, llamado TEPICA LA CULEBRA, él acompañaba los velorios
y era muy apreciada su presencia.
Los bautizos por su parte, eran diferentes, generalmente los
domingos en la mañana, el niño o niña con su vestido blanco, la hembrita con
diadema bordada y el niño bien envaselinado. Llegaban a la pila bautismal donde
el cura lo sumergía, según rito
milenario adoptado por la iglesia católica romana, haciéndolo formar parte de
la eclessia.
Después se compartía un desayuno que incluya tamales, pan
francés, chocolate con leche y en dónde las familias ahora hermanadas por el
bautismo del niño o niña, compartía y se divertían, reventando piñatas y otros
juegos infantiles amenamente en algunos casos.
Los varones sellaban esta la amistad y el parentesco espiritual con
botellas de licor y baile, durante la mañana y tarde.
Así la comunidad o La Barriada o la majada iba a comer de
choto, echarse un par de tragos, vigiar las bichas y echar la bailada con las
cipotas.
El ambiente en San Salvador en los 60 era una mezcla entre
respeto y riguroso de la tradición Católica y costumbres paganas que resumían
las acciones de los barrios pobres y marginados.
El chino o sea yo, producto de una unión muy peculiar, en
donde Don Victor, un anticlerical militante, seudo revolucionario, que había
leído “El Origen de la vida”, del autor ruso Alexander Oparin, y para variar
medio comunista, no creía en las cosas y sacramentos de la iglesia, andaba en
la onda de José Ingenieros, Vargas Vila, Fidel Castro, seguidor de Arturo
Romero López, Fabio Castillo, escuchaba religiosamente RADIO HABANA CUBA, y los
complejos y largos discursos del “caballo”.
Y por otra lado mi mamá, la niña Nena, fiel creyente en las
tradiciones de la iglesia católica, rezo nocturno, semana santa, fiestas de
agosto, día de la virgen, día de san José, y la navidad, con arbolito y nacimiento
con el niño Dios español, además devocionales con la oración del padrenuestro,
“Santo Dios santo fuerte”, las siete palabras, las oraciones para salvarse de
los peligros, "angelito de mi guarda dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día", y también de la limpia con las aguas de los 7 espíritus, devota del Santo Niño
de Atocha y Fray Martín de Porres, santos a los que los pobres atribuían muchos
milagros y favores, el negrito aparecía con animalitos y el niño de atoche con
unos tecomates.
Además se sustentaba la fe con la lectura del libro La
Historia Sagrada ilustrada ( en esos tiempos no se leía la biblia
judeo-cristiana), aunque en los pocos libros del cuarto había una edición de la biblia Miguel Petisco,
Torres Amat, cuya posesión no dejaba de ser paradójica en ese hogar.
(dicha biblia, años después fue sacrificada por partes, porque sus divinas páginas eran ideales para “rolar”, y por tanto agregar un toque místico a la fumada, cuando los papos escaseaban. )
En fin, que el niño llegó a los 10 años y no había realizado
ningún sacramento de la Iglesia Apostólica Romana, y en un período de relativa
calma en la tormentosa relación, fué
enviado a la doctrina impartida en la bella Iglesia de San Francisco, ubicada sobre la 7a. calle oriente.
.
foto antigua de la que ahora es la 7a.calle oriente, al final se ve la iglesia Sn Francisco |
Así luce actualmente la Iglesia San Francisco |
Las clases eran vespertinas, el niño se agregó pues, principalmente el grupo lo conformaban alumnos
de la Escuela Parroquial de la iglesia, eran preparatorias para la primera
comunión, pues según las reglas, este sacramento debe hacerlo el feligrés con
conocimiento de causa, ya que pasa por
la primera confesión, y luego tomar la
ostia, en el complejo, profundo e inexplicable proceso de transustanciación que
el sacerdote realiza en el altar durante la liturgía.
Del catecismo se enseñaban los sagrados principios de la
religión, algunos misterios, las virtudes teologales y cardinales, y sobre todo
a rezar el padre nuestro, la oración a Maria, el Yo pecador y el Credo, lo cual
constituye la base de la religión católica.
Llegado el tiempo, y como me ha pasado casi siempre, el cura
principal le dijo a mi madre que la
ceremonia o primera comunión no la podía realizar porque no estaba bautizado, ni confirmado, que son los sacramento previos a la primera comunión.
Y así de manera intempestiva, mi mamá buscó la iglesia donde
quedaría plasmada la fé de bautismo y a correr a conseguir el “padrino”. Allí
apareció Don Víctor a opinar, en el entendido que en ese tiempo el nexo o
relación de padrino-ahijado, era complejo y revestía de una seriedad inusitada,
ya que “si se muere tu papá y tu mamá, los padrinos te tendrían que adoptar, el
padrino era el padre espiritual”.
El elegido para ser padrino de bautizo fue un señor llamado
Napoleón, el cual según decir de Don Víctor, era un amigo muy preciado y parece
que habían construido una amistad muy sólida.
En una ceremonia muy sobria, y corta, mi mamá bien
arreglada, mi papá con su saco y sombrero y Don Napo, presente, sobre la pila bautismal de la
Iglesia Concepción, me ungieron y derramaron agua bendita sobre la “choncoca”,
llegando a formar parte de la santa iglesia., afuera del local nos
despedimos todos y yo acompañé a mi mamá a casa.
A mi padrino de bautizo, lo ví esa vez y luego cuando
falleció mi papá (1969), le visité, a su casa de habitación en los alrededores
de la iglesia El Calvario, no le volvía a ver, ni saber de él.
Quedaba pendiente la confirmación, ese sacramento asegura la
feligresía y el devoto, confirma su fé.
En ese tiempo esa ceremonia, tenía que realizarla el arzobispo en la Catedral de San Salvador.
En ese tiempo esa ceremonia, tenía que realizarla el arzobispo en la Catedral de San Salvador.
Para padrino, mi mamá escogió después de una solemne
solicitud a un compañero de trabajo, el cual era un dirigente sindical, muy
serio, muy formal, pero identificado con las causas sociales, no supe ni su
nombre.
Posteriormente supe que, además estaba comprometido con la
iglesia católica, sobre todo con la teología de la liberación y el movimiento
de las Comunidades Eclesiales de base.
Igual, llegamos un domingo al sótano de la medio construida
catedral y en medio de montón de gente recibí el sacramento de la confirmación,
de manos de Mons. Chávez y González, un hombre santo y progresista, Fiel seguidor de los postulados del CONCICLIO VATICANO II .
Ya todo listo para la primera comunión.
Las actividades se realizaron un domingo, luego de
aprenderse de memoria las oraciones,
tuve dificultad con el “YO PECADOR”, finalmente, el método para la
confesión. A esa edad, la cantidad de
pecados, veniales o mortales, de acción, palabra u omisión, son muy pocos, es
decir, Nada que merezca una abultada penitencia.
De tal manera que el cura, nos dio una salida olímpica, la
cual la he usado en más de alguna ocasión y es de frecuente uso de la clase
política, a ver, “Señor he pecado, por desobedecer a mi mamá, decir mentiras y se
termina diciendo “Y otros pecados que no recuerdo”.
Con tremenda confesión, fui condenado o sentenciado a rezar
5 padrenuestros y 3 avemarías.
La ceremonia concentró
todas las características religiosas, la eucarístia tuvo su punto culminante
cuando los jóvenes, procedimos a recibir
la ostia y a partir de la meditación y oración fue disuelta en nuestra boca,
contristados y devotos, comulgamos.
PRIMER
ANIVERSARIO DE LA CANONIZACIÓN DE SAN ROMERO DE AMÉRICA
El domingo 13 de octubre, tuve el privilegio de ser invitado a los actos de conmemoración
del aniversario de la canonización de San Romero, los cuales finalizaron con una misa, la cual fue oficiada por una autoridad eclesial, de primer
nivel, el padre Chopin.
Entre los asistentes, me percaté de la fisonomía de un señor, ya de edad que sentado al final del local, escuchaba con atención la homilía.
Al finalizar la ceremonia, lo abordé y le hice unas preguntas, que me afirmaron que él era mi padrino de confirma, después de 50 años, finalmente nos habíamos encontrado de nuevo.
Intercambiamos parte de nuestras vidas durante ese período (incluyendo el deceso de mi mamá), el por su parte, su vida cotidiana, compartimos unos momentos y finalmente lo fui a dejar a su casa, por el área de Soyapango.
Al finalizar la ceremonia, lo abordé y le hice unas preguntas, que me afirmaron que él era mi padrino de confirma, después de 50 años, finalmente nos habíamos encontrado de nuevo.
Intercambiamos parte de nuestras vidas durante ese período (incluyendo el deceso de mi mamá), el por su parte, su vida cotidiana, compartimos unos momentos y finalmente lo fui a dejar a su casa, por el área de Soyapango.
Y sigo sin saber su
nombre.
1 comentario:
Chino! Has escrito una radiografía del conservadurismo clásico en los niveles sociales en que crecimos broder. Esa época es una especie en extinción... De acuerdo a tu descripción tu tata era similar al mío tocante a la religión, mi ruca se encargó de toda la onda de confirmación y comunión porque el era ateo sin decir, quizás tu ruco u el mío eran contemporáneos, pero hasta allí para la similitud porque mi ruco era gran admirador de Franco y Pinochet. Me llega tu pasada de encontrar a tu padrino de confirmación, eso es una coincidencia única, un mensaje de perseverancia por parte de tu padrino.... Buena experiencia. Saludos chino!
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