miércoles, 27 de noviembre de 2019

SACRAMENTOS


SACRAMENTOS

Eso de los sacramentos, era cosa seria, por lo menos en la época que me tocó vivir y en donde prevalecía la religión católica, invadiendo e impregnando toda la vida social de los barrios pobres.

Las celebraciones religiosas eran de estricto cumplimiento, algunas escondían gustos y costumbres muy paganas, más cercanas a las festividades de Baco o Dionisio, Bacanales y Aquelarres, tal como la procesión del silencio, el jueves santo, - una de las máximas celebraciones del ciristianismo católico-  los muchachos aprovechaban para tomarse sus tragos por primera vez y por el privilegio de ser del Parque Centenario, se pasaba cerca de donde estaban las muchachas o leonas, ejerciendo el oficio más antiguo, (el adolecente tenía la oportunidad de ver muchachas en ropa interior), circunstancia única , y a veces era la oportunidad de pasar a formar parte de su clientela, pues de otra manera los cipotes tenían prohibido su tránsito por esas calles.

 Siempre en el tema de los velorios,de infantes, antiguamente eran fiestas, fue una de las razones por las cuales Mi General Hernández Martínez había prohibido (AÑOS ATRÁS) las fiestas que se hacían en los velorios sobre todo de los infantes, porque algunas veces terminaban en borracheras y pleitos mortales entre los asistentes.

Tomado de

Descripción Geográfico-Moral de la Diócesis de Goathemala/San Salvador

1769-1770   CURATO DE SANSALVADOR
"Los velorios se reducen á pasar toda la noche, y muchas no ches desde que se acava la luz del dia, hasta que viene la del siguiente concurriendo al Xacal, ó casa, en donde se hace el velorio, toda especie de gente en gran multitud hombres, Mugeres, Chicos, y grandes; porque hay entrada franca para quantos quieran concurrir. Hay mucica, comida, y bebida abundantemente, ña costa de los concurrentes, con versaciones, y vailes; y assi se apsan las noches en vailes, embriaguezes, y deshonestidades. Estos velorios no son precisamente en las muertes de los Parbulos, sino tambien en las de los Adultos;"

Sin embargo para decir,  los velorios de mi época además de los respectivos tamales, pan dulce y café,  los rezos, los lamentos, los pésames, incluían juego de naipes y chivos o dados en los cuales hombres jóvenes y niños participaron alegremente dando la vela al difunto y pasando la noche-madrugada en agradables tertulias.

En la vela, las cartas del manjar español, los cipotes jugaban “viva la flor”, “treinta y uno”, los mayorcitos sietillo, chucho, burro, conquián, los jóvenes chucho, conquián, póker y los mayores o macizos con baraja inglesa (52 cartas), comprada donde los chinos, póker con apuesta.

Paralelamente a los rezos y  congojas de los deudos, estaba la participación de plañideras o lamentatrices  que eran infaltables en esa actividad. (estas personas, generalmente mujeres, que ejercían este oficio, eran reconocidas en el barrio, manejaban tarifas de acuerdo a la intensidad del dolor, así que solo llorar a gritos, un par de pesos, llorar y arrancarse las ropas : 5 pesos, con ataque de epilepsia eran 10 pesos).
Los rezos eran de estricto cumplimiento así como la celebración de los novenarios, es decir nueve días después del entierro, se rezaba  y repartían los respectivos tamales, pan  y café.

El novenario culminaba con un ceremonial muy intensoy lleno de simbolismo, es cuando la mujer u hombre rezador levanta con sus manos un  cruz de ceniza y flores impregnada en el suelo, con las manos en alto la rezadora (o),  simbolizando la liberación del alma o espíritu hacia los confines del cielo.

En todos los velorios del barrio, una figura era infaltable, con su gran porte, piel morena, ojos verdes, su saco destartalado, cigarro en mano, era Don René Cornejo, llamado TEPICA LA CULEBRA, él acompañaba los velorios y era muy apreciada su presencia. 

Los bautizos por su parte, eran diferentes, generalmente los domingos en la mañana, el niño o niña con su vestido blanco, la hembrita con diadema bordada y el niño bien envaselinado. Llegaban a la pila bautismal donde el cura lo sumergía,  según rito milenario adoptado por la iglesia católica romana, haciéndolo formar parte de la eclessia.

Después se compartía un desayuno que incluya tamales, pan francés, chocolate con leche y en dónde las familias ahora hermanadas por el bautismo del niño o niña, compartía y se divertían, reventando piñatas y otros juegos infantiles amenamente en algunos casos.  
Los varones sellaban esta  la amistad y el parentesco espiritual con botellas de licor y baile, durante la mañana y tarde.

Así la comunidad o La Barriada o la majada iba a comer de choto, echarse un par de tragos, vigiar las bichas y echar la bailada con las cipotas.

El ambiente en San Salvador en los 60 era una mezcla entre respeto y riguroso de la tradición Católica y costumbres paganas que resumían las acciones de los barrios pobres y marginados.

El chino o sea yo, producto de una unión muy peculiar, en donde Don Victor, un anticlerical militante, seudo revolucionario, que había leído “El Origen de la vida”, del autor ruso Alexander Oparin, y para variar medio comunista, no creía en las cosas y sacramentos de la iglesia, andaba en la onda de José Ingenieros, Vargas Vila, Fidel Castro, seguidor de Arturo Romero López, Fabio Castillo, escuchaba religiosamente RADIO HABANA CUBA, y los complejos y largos discursos del “caballo”.

Y por otra lado mi mamá, la niña Nena, fiel creyente en las tradiciones de la iglesia católica, rezo nocturno, semana santa, fiestas de agosto, día de la virgen, día de san José, y la navidad, con arbolito y nacimiento con el niño Dios español, además devocionales con la oración del padrenuestro, “Santo Dios santo fuerte”, las siete palabras, las oraciones para salvarse de los peligros, "angelito de mi guarda dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día",  y también de la limpia con las aguas de los 7 espíritus, devota del Santo Niño de Atocha y Fray Martín de Porres, santos a los que los pobres atribuían muchos milagros y favores, el negrito aparecía con animalitos y el niño de atoche con unos tecomates.

Además se sustentaba la fe con la lectura del libro La Historia Sagrada ilustrada ( en esos tiempos no se leía la biblia judeo-cristiana), aunque en los pocos libros del cuarto  había una edición de la biblia Miguel Petisco, Torres Amat, cuya posesión no dejaba de ser paradójica en ese hogar.

Cabe mencionar que todos los personajes de la                                                                                  historia sagrada parecían artistas italianos.

(dicha biblia, años después fue sacrificada por partes, porque sus divinas páginas eran ideales para “rolar”, y por tanto agregar un toque místico a la fumada, cuando los papos escaseaban. )



En fin, que el niño llegó a los 10 años y no había realizado ningún sacramento de la Iglesia Apostólica Romana, y en un período de relativa calma en la tormentosa relación,  fué enviado a la doctrina impartida en la bella Iglesia de San Francisco, ubicada sobre la 7a. calle oriente.
foto antigua de la que ahora es la 7a.calle oriente, al final se ve la iglesia Sn Francisco
.
Así luce actualmente la Iglesia San Francisco

Las clases eran vespertinas, el niño se agregó pues,  principalmente el grupo lo conformaban alumnos de la Escuela Parroquial de la iglesia, eran preparatorias para la primera comunión, pues según las reglas, este sacramento debe hacerlo el feligrés con conocimiento de causa, ya que  pasa por la primera confesión,  y luego tomar la ostia, en el complejo, profundo e inexplicable proceso de transustanciación que el sacerdote realiza en el altar durante la liturgía.

Del catecismo se enseñaban los sagrados principios de la religión, algunos misterios, las virtudes teologales y cardinales, y sobre todo a rezar el padre nuestro, la oración a Maria, el Yo pecador y el Credo, lo cual constituye la base de la religión católica.

Llegado el tiempo, y como me ha pasado casi siempre, el cura principal le dijo a mi madre que  la ceremonia o primera comunión no la podía realizar porque no estaba bautizado, ni confirmado, que son los sacramento previos a la primera comunión.

Y así de manera intempestiva, mi mamá buscó la iglesia donde quedaría plasmada la fé de bautismo y a correr a conseguir el “padrino”. Allí apareció Don Víctor a opinar, en el entendido que en ese tiempo el nexo o relación de padrino-ahijado, era complejo y revestía de una seriedad inusitada, ya que “si se muere tu papá y tu mamá, los padrinos te tendrían que adoptar, el padrino era el padre espiritual”.

El elegido para ser padrino de bautizo fue un señor llamado Napoleón, el cual según decir de Don Víctor, era un amigo muy preciado y parece que habían construido una amistad muy sólida.

En una ceremonia muy sobria, y corta, mi mamá bien arreglada, mi papá con su saco y sombrero y Don Napo,  presente, sobre la pila bautismal de la Iglesia Concepción, me ungieron y derramaron agua bendita sobre la “choncoca”, llegando a formar parte de la santa iglesia., afuera del local nos despedimos todos y yo acompañé a mi mamá a casa.

A mi padrino de bautizo, lo ví esa vez y luego cuando falleció mi papá (1969), le visité, a su casa de habitación en los alrededores de la iglesia El Calvario, no le volvía a ver, ni saber de él.

Quedaba pendiente la confirmación, ese sacramento asegura la feligresía y el devoto, confirma su fé.

En ese tiempo esa ceremonia, tenía que realizarla el arzobispo en la Catedral de San Salvador.

Para padrino, mi mamá escogió después de una solemne solicitud a un compañero de trabajo, el cual era un dirigente sindical, muy serio, muy formal, pero identificado con las causas sociales, no supe ni su nombre.

Posteriormente supe que, además estaba comprometido con la iglesia católica, sobre todo con la teología de la liberación y el movimiento de las Comunidades Eclesiales de base.

Igual, llegamos un domingo al sótano de la medio construida catedral y en medio de montón de gente recibí el sacramento de la confirmación, de manos de Mons. Chávez y González, un hombre santo y progresista, Fiel seguidor de los postulados del CONCICLIO VATICANO II  .

Ya todo listo para la primera comunión.

Las actividades se realizaron un domingo, luego de aprenderse de memoria las oraciones,  tuve dificultad con el “YO PECADOR”, finalmente, el método para la confesión.  A esa edad, la cantidad de pecados, veniales o mortales, de acción, palabra u omisión, son muy pocos, es decir, Nada que merezca una abultada penitencia.

De tal manera que el cura, nos dio una salida olímpica, la cual la he usado en más de alguna ocasión y es de frecuente uso de la clase política, a ver, “Señor he pecado, por desobedecer a mi mamá, decir mentiras y se termina diciendo “Y otros pecados que no recuerdo”.

Con tremenda confesión, fui condenado o sentenciado a rezar 5 padrenuestros y 3 avemarías.

La ceremonia  concentró todas las características religiosas, la eucarístia tuvo su punto culminante cuando los jóvenes,  procedimos a recibir la ostia y a partir de la meditación y oración fue disuelta en nuestra boca, contristados y devotos, comulgamos.


PRIMER ANIVERSARIO DE LA CANONIZACIÓN DE SAN ROMERO DE AMÉRICA
El domingo 13 de octubre, tuve el privilegio de ser invitado a los actos de conmemoración del aniversario de la canonización de San Romero, los cuales finalizaron con una misa, la cual fue oficiada por una autoridad eclesial, de primer nivel, el padre Chopin.


Entre los asistentes, me percaté de la fisonomía de un señor, ya de edad que sentado al final del local, escuchaba con atención la homilía. 

Al finalizar la ceremonia, lo abordé y le hice unas preguntas, que me afirmaron que él era mi padrino de confirma, después de 50 años, finalmente nos habíamos encontrado de nuevo. 

Intercambiamos parte de nuestras vidas durante ese período (incluyendo el deceso de mi mamá), el por su parte, su vida cotidiana,  compartimos unos momentos y finalmente lo fui a dejar a su casa, por el área de Soyapango.





 Y sigo sin saber su nombre.




 

1 comentario:

Tamen dijo...

Chino! Has escrito una radiografía del conservadurismo clásico en los niveles sociales en que crecimos broder. Esa época es una especie en extinción... De acuerdo a tu descripción tu tata era similar al mío tocante a la religión, mi ruca se encargó de toda la onda de confirmación y comunión porque el era ateo sin decir, quizás tu ruco u el mío eran contemporáneos, pero hasta allí para la similitud porque mi ruco era gran admirador de Franco y Pinochet. Me llega tu pasada de encontrar a tu padrino de confirmación, eso es una coincidencia única, un mensaje de perseverancia por parte de tu padrino.... Buena experiencia. Saludos chino!