martes, 7 de abril de 2009

Corazòn - mi amigo sin nombre

Corazòn de Amici

Nunca lo supe o se me olvidò su nombre, pero esta anècdota se da en este contexto: 1969, la reforma educativa de Beneke, habìa concentrado los institutos nacionales, nosotros provenientes del Francisco Menèndez, nos costaba la adaptaciòn pues de cuatro secciones de cada curso ahora habìan catorce o quince secciones en este caso de tercer curso.

Como todo proceso social, los muchachos originales del instituto siempre nos creìamos, pero los cambios ademàs de lo superficial, implicaban la mezcla de sistemas- todos buenos supongo- educativos en el cual no todos nos sometìamos y acostrumbrados a la intimidad de ese espacio de la avenida cuscatancingo y la coteidaniedad de los maestros, instructores y autoridades, de repente nos veìamos inmersos en un mounstro de colegio en donde la burocracia era preponderante, todo era grande, y hasta para poner apodos habìa que joderse.

Un dìa de tantos en esas circunstancias en que siempre ando de metido, buenas y no tan buenas, un muchacho de cuarto curso, me saludo y no hicimos poco a poco cheros. El era màs alto y mayor, podrìa ser de la secciòn C o D del antiguo instituto pero yo los conocìa a todos, por tanto debiò ser de los que adhirieon de otras instituciones, de la secciòn 5 en adelante, por mi estatura y edad (14 años-1.63) yo, pertenecìa a la secciòn original A, en el nuevo: secciòn 1. De sus caràcteristicas personales que recuerdo ademàs de su estatura, que usaba brillantina, en la bolsa de la camisa usaba varios lapiceros para distintos colores, a diferencia de mi BIC de reir y llorar y bastante probable provenìa de un hogar constituido porque siempre andaba dinero, (ya fuera que gavetiaba o le dieràn para el gasto), pero ademàs en uno de sus ojos en lugar de iris tenia una manchita blanca, intuyo que no veìa con ese ojo.

El tiempo que andubimos juntos, nos divertimos bastante, eramos màs o menos la versiòn del instituo de Benitìn y Eneas, pues tanto èl como yo gozàbamos de las bayuncadas juveniles, jodìamos y la pasàbamos bien, ibamòs a almorzar al comedor de la Universidad que era como satèlite, allì entrenaban los judocas entre los cuales y de los mejores estaba Tamagas, amigo, oriundo de mi barrio, al que le presente y èl bien culòn, por ese detalle.

Y asì pasaròn unas semanas, hasta que, me dì cuenta que un grupo de compañeros de su curso lo molestaban bastante por lo del ojo, hasta el llanto y desesperaciòn, lo ostigaban todo el tiempo, ellos eran unos guazones y burlones mayores que yo, que al ver nuestra amistad tambien me llevaron de encuentro y hasta me retaron para darnos (o darme) verga.

En la perspectiva de ellos era ganar-ganar, pues: terminaban de humillar a mi amigo y taleguiaban a uno de los chiquitines del antiguo instituto- que se creìan màs que los demàs- ademàs era como viaje de agua: un chiquito desnutrido y un tuerto. Como!! Que iban a perder.

En esa desesperaciòn, ostigamiento y confusiòn que nos provocaban esos cabrones, no quedò màs que armar un reto para entrarnos a los puños, se definiò fecha y hora y mi amigo se empezò a preparar levantando pesas, pues conmigo, segùn entedì despuès, aunque nos taleguiaran talvez iban a dejar de joderlo, era como hacer de kamikase. El reto iba a ser el jueves, en la cancha de la colonia El Roble despùes de clase.

Sin embargo yo, tuve que llamar a la caballerìa…………..

EL ENANO NETO, SAUL Y EL NEGRO CAMPOS

Estos tres cipotes vivìan en las cercanìas del parque centenario, en donde pasaban la mayor parte del tiempo, era bien frecuente verlos subidos en un amate dandoles de fumar a los murcièlagos o pasar todo el dìa jugando basket, sus hobbies eran darse riata, fumar y andar de vagos.

Neto de sobrenombre el enano, tendrìa unos 16, era como el lìder, de poco hablar, bueno para los cachimbazos, un concepto de justicia muy especial , parece que estudiaba en el Orantes, conmigo platicaba con cierta calidez y amistad.

Saul, joven bien comido, fuerte, rudo, sencillo, maniequeo, si o no, bueno, malo, con poco se reìa hasta las làgrimas, no he visto a otro con esa capacidad de pelear. Tenìa buen cuerpo y bien parecido, una vez se enamorò de una cipota que se llamaba TETE y Cupido le inspiro irle a quebrar todos los vidrios de la ventana a su casa, para demostrar su amor.

El negro Campos, era malo, el papà tenìa una venta de zapatos y era el del pisto, era ingenioso para lo malo, queria demostrarse y demostrarnos que le valìa verga la vida.

Este equipo tenìan una forma especial de hacer y ver la vida, eran superticiosos, podìan hacer que un mandado a traer tortillas se convirtiera en un verdadero infierno, pues pasaban en el parque jodiendo cipotes, enamorando a gritos a la muchachas de los colegios, desenredando entuertos y por una mala mirada podìan hacer que la visita al odontòlogo fuera parte de tu futura vida. Eran vagos y era frecuente verlos pegados a la parte trasera de los buses agarrados de los stops, cuando iban a vacilar a otras partes.

Yo tenìa con ellos un pacto de no agresiòn todavìa no sè porque.

Le platiquè a Neto del problema y ni corto ni perezozo puso a la orden su apoyo, le di lugar, fecha y hora y quedamos….

LA PELEA EN LA COLONIA EL ROBLE.

Nosotros dos llegamos primero, algo ahuevados, pues yo no le habìa dicho a mi amigo del trìo, pusimos los cuadernos juntos, mi amigo se empezò a preparar, se quito la camisa, caspità!! Usaba camiseta.. y se puso hacer flexiones y mates de boxeo, yo me saque la falda de la camisa y me quite la corbata un poco preocupado.

Al rato llegaròn los cabrones, riendose y mofando, eran como seis, se quitaron los relojes, las camisas y empezaron hacer calistenia de boxeo, -todo un ritual- ya parecia el Madison square y otros los de siempre sparrings y consejeros, nos miraban, y se burlaban de nosotros.

Tambien llegaron varios de pùblico entre los que pude ver a mas de una cipota, pienso, mas por curiosidad o quizas por ese instintivo sadismo de ver a los pendejos que iban a cachimbiar.

A mis cartorce, despuès tuve unos màs largos, fueron los minutos màs largos de mi vida, esperando al trìo, caminaba peripatètico, como el buho de I LOVE SINGA. Al rato apareciò Neto, seguido por los otros dos, se me acercò y me dijo Cuàles?, solo estire la trompa y èste se la estirò con gesto de la cabeza, a Saul que, con su tradicional bluyin blanco, camino hacia el señalado con cierta prisa.

El muchacho señalado estaba sin camisa en medio de dos asistentes, moviendo el dorso y las piernas ya listo para la pelea, cuando le llegò Saul y le dejo ir una patada en los huevos y un derechazo en la boca, que lo hizo volar.

Estupefactos, todos (incluso yo), los otros solo alcanzaron a regojer al cipote escupiendo sangre, llevarse los cuadernos y salir despavoridos, Saul todavìa los siguìò a la orilla del parque.

El pùblico tambien sorprendido fuè buscando camino, sobretodo cuando el negro Campos preguntò a gritos si alguien querìa darse con èl, cada vez que gritaba màs se movìa la gente.

El negro Campos se quedò mordido pues hasta habìa conseguido una manopla de metal, PUTA¡

Nunca màs volvieron a molestar a mi amigo, despues vinieron los exàmenes finales y tuvimos que emprender otros caminos……

2 comentarios:

Memo dijo...

Puta Chino, me he cagado de la risa de tu relato, y te creotodo lo que contaste porque somos cheros de infancia, fuimos juntos al instituto, me acuerdo del tuerto y conocí a ese trío de angelitos que mencionás.

Esos tres cabrones, el enano Neto, Saul y Campos eran lo mejor de lo peor que he visto para darve verga.
¡Qué sangre fría de los tres para romperle la cara a cualquiera!

No se si te acordás, pero yo tenía dos pares de guantes y una vez me los puse contra el negro Campos y me reventó la nariz el cabrón.

¿Y vos sabes que se hiceron? Porque al parque dejaron de llegar desde que tenían como 15 o 16 años.

Me parece haber oido un rumor como que al Campos lo habían matado, pero no estoy seguro.

Cuidate Chino y seguimos en contacto.

Memo

Tamen dijo...

está bueno el relato chino, me suena Tamagas pero no me suena ese tuerto, ya una vez platicamos que viví en un barrio al occidente del centenario, el barrio Santa Lucía, y el parque infantil era el centenario nuestro.

Saludos!